Cada año, en los diversos puntos del país donde se organizan carnavales se colocan sanitarios para evitar que las personas que se divierten hagan sus necesidades en la vía pública.
Sin embargo, hay personas, sobre todo los hombres, que le importa un comino esas facilidades y prefieren orinar en cualquier esquina de algún culeco, sin importar, que niños y mujeres lo observen. Hay que tener un mínimo de verg�enza y respeto por el resto de las personas.
No se puede andar a la buena de Dios sacándose el miembro en plena calle para descargar la tanda de cerveza que te haz tomado.
Para colmo, esa mala práctica deja todas las avenidas con un olor a berrinche que nadie soporta después y obliga a los residentes y dueños de locales cercanos a esa zona a tener que limpiar con desinfectante.
Si hay sanitarios disponibles, utilízalos y no te conviertas en un cochino y carilimpio, que no le da ni pizca de pena orinarse en la calle.
Similar situación ocurre con algunos buseros y taxistas que orinan en las llantas de sus vehículos, en plena hora del día, sin importar que los observen los pasajeros y el público en general.
Ya es hora que también las autoridades, en especial las municipales, pongan orden con este problema, el cual empeora en días festivos, en donde no se aplican correctivos.
Empero, el ciudadano común, por decencia y respeto, debe mantener el decoro para evitar el desprestigio. El desenfreno no significa perder el control y la buena conducta.