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Emiliani responde

Por: Rómulo Emiliani | Monseñor

Estimado Mons. Emiliani. Estoy desesperado. Soy un padre de familia con cinco hijos. Llevo ya de casado 19 años. He pasado momentos muy difíciles en mi matrimonio y sé que yo soy culpable. En dos ocasiones le falté a mi esposa y fueron aventuras sin sentido. Ella se dio cuenta en ambos casos. Yo lo acepté y se lo confesé a ella. Nunca más ha vuelto a suceder. Lo que me costó más fue dejar el licor, que me llevaba a la infidelidad. Pero nunca he dejado de trabajar y muy duro. Pero mi problema ahora es que mi esposa dice estar cansada, desilusionada y aburrida de mi. Que no me perdona lo que pasó y que no le encuentra sentido al matrimonio.

Estimado amigo. Ya son 16 años de matrimonio. Ha faltado usted a su esposa siendo infiel pero usted se ha arrepentido y lo ha confesado a ella. Y ya dejó el vicio del licor, que lo metió en grandes problemas. Lo felicito. Ese es el camino. Pero me preocupa el porqué ella no quiere continuar. Ella está herida emocionalmente, cansada de sufrir y le cuesta olvidar. La mujer vive muy profundamente estas situaciones, sobre todo cuando ha amado mucho y la han engañado. La frustración y desilusión que experimenta es fuerte, y solo una sanación espiritual profunda la puede llevar a perdonar y continuar su vida conyugal con ánimo. Primero, compréndala por favor. Luego, cortéjela de nuevo como cuando eran novios. Vuelva a esos detalles propios de los primeros años de matrimonio. Esté muy atento a lo que ella vive y complázcala en todo lo posible. Su compañía cercana, el estar presente con todo su ser y demostrarle que usted la ama, eso es buen camino para una reconciliación. Comuníquese lo más que pueda con ella y pídale que le diga lo que no gusta de usted y haga lo que pueda para mejorar. Pídale mucho al Señor por la sanación espiritual de los dos. Aconséjela a ella que busque ayuda espiritual y psicológica. Mire, si ella ha tenido con usted cinco hijos es porque lo quiere a usted y debe ser una mujer generosa, para compartirse como madre con tantos hijos. No todo está perdido. Por otro lado, usted es un hombre responsable, la prueba, todo lo que ha hecho por sus hijos y por su esposa. Siga pidiendo perdón y demuestre que usted ha cambiado. Recuerde que Dios tiene todo el poder .



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