No hay que negar que con la privatización de los Casinos Nacionales ha habido una gran oferta de trabajo y de ingresos en materia beneficios para el sector privado y gubernamental. Nadie pone en duda que un inversionista busque siempre la prosperidad del negocio que administra.
�Han oído hablar de la frase que dice que "todo en exceso es malo"? Esta se aplica claramente a este tipo de negocio y explicaremos por qué.
Al desplazarse por las diferentes provincias la apertura de negocios de los casinos, se están abriendo más puertas a la oferta de empleo, pero además a la destrucción de la familia que pone sus ojos en la esperanza de salir de la pobreza, dejando lo poco que ganan a la suerte.
Los estudios recientes sobre este tipo de actividad demuestran algo muy preocupante que las autoridades deben poner mucha atención. Los jugadores parecen haber tomado de agua de la fuente de la juventud porque ya no son sólo las personas mayores las que apuestas sino los jóvenes.
La razón es simple. Estos negocios ofrecen una gama de promociones que incluyen premios instantáneos y hasta las bebidas gratis. El jugador consume bebidas alcohólicas gratis mientras esté en el local y hasta puede bailar con orquestas en vivo.
Gracias a Dios, esta preocupación ha tocado las puertas de la Asamblea Nacional que ha citado al ministro de Economía y Finanzas al pleno para responder nueve preguntas.
No podemos abrir más canales de perdición a la juventud que centros educativos. Si contamos la cantidad de bares, cantinas, parrilladas y otros sitios de perdición, el alto porcentaje de éstos nos asustará en comparación con centros religiosos y educativos. Hoy es el momento de poner un alto.