Sandra Bullock logró anotar un 'touchdown' con su último filme, "Un sueño posible". La película ha sido aceptada por el público, no por su elenco, sino por el drama que encierra la misma.
La película es una combinación perfecta de elementos populistas: una historia inspiracional que devuelve la fe sobre el ser humano, un arco narrativo conectado al deporte nacional de los EE.UU y lo mejor del caso es que es una historia real. Viene con antídoto para las acusaciones de que el filme es un gran cliché. Los protagonistas se identifican con un segmento importante de la audiencia norteamericana: la mayoría blanca sureña, cristiana y republicana, que mira con recelo los supuestos devaneos libertinos de Hollywood.