Un seguridad del Cuarto de Urgencias del Hospital Santo Tomás, quien cumplía con sus funciones de no permitir el paso a persona ajena al área reservada para pacientes y médicos, fue agredido por un vendedor de confites la tarde de ayer, miércoles, en presencia de familiares de usuarios.
El seguridad fue identificado como Morgan, quien intentó evitar que el comerciante ambulante llamado Jaime, interrumpiera las labores de los doctores.
Morgan explicó que a la 1:20 de la tarde ingresó al hospital un reo del Centro Penitenciario La Joyita para atención médica y en ese momento Jaime entró y preguntó gritado al detenido: "�Bombazo?", en tres ocasiones. Eso provocó nerviosismo entre los doctores, pues tienen experiencias de crímenes que se han cometido en los predios, e inclusive dentro del hospital.
Ante esa situación, Morgan ordenó a Jaime que saliera del área sensitiva, pero el vendedor le ripostó con voz amenazante que no molestara, de lo contrario, lo iba a matar.
En el intercambio de palabras, donde el vigilante buscaba evitar un conflicto y el vendedor violentar la seguridad, se produjo la agresión.
En ese ambiente hostil ambos caminaban en dirección al pasillo y de pronto Morgan recibió un derechazo en la boca de parte de Jaime, y un policía, quien se encontraba en su día libre acompañando a su esposa al hospital, observó la acción y corrió a mediar en la lucha.
Morgan se fajaba por intentar controlar la situación mientras que su rival hacía lo imposible por conectar sus golpes.
El agente de la Policía tomó por el cuello a Jaime, simultáneamente los otros policías apostados en la Sala de Guardia ayudaban a controlar al iracundo vendedor.
Después de la agresión, un oficial asignado al hospital logró que ambos se dieran un estrechón de manos, e incluso convidó al vendedor de pastillas a que le diera una disculpa al guardia de seguridad, pues este solo cumplía con sus labores y no tenía por qué ser agredido.