El jefe del Ejecutivo ha convocado a los tres últimos presidentes de la República para una conversación en el Palacio de Las Garzas. Es valedero que en Panamá todavía exista capacidad de diálogo entre las fuerzas democráticas.
Sin duda que la convocatoria surgió al calor de las honras fúnebres del ex vicepresidente Guillermo Ford y de las palabras del hijo de este que encerraron un mensaje que debió calar en los políticos oficialistas y de oposición congregados en la Catedral Metropolitana. �Tener la hidalguía de perdonar!, fue una de esas frases.
Los panameños no podemos perder de vista que siempre hay que dejar abiertas avenidas para el entendimiento en temas nacionales, sin importar quién se encuentre en el poder.
Altos dirigentes opositores son investigados por graves delitos de corrupción y estos alegan que los procesos están cargados de persecución política. Es probable que existan las dos cosas, pero los políticos deben entender que cuando manejan la cosa pública deben hacerlo de manera transparente, ya que tarde o temprano tendrán que rendir cuentas.
Solo hay que revisar la historia reciente. A ninguno de los integrantes de la nómina Endara-Arias Calderón y Ford, usted los vio en aprietos en Fiscalías o Tribunales por malos manejos de los fondos del Estado o negociados.
Panamá requiere políticos de esa talla, que cuando se retiren del cargo puedan caminar con la frente en alto y duerman tranquilos, porque no se tiene cola de paja. En ese espejo se deben mirar los gobernantes de ayer, hoy y mañana. Los tiempos de la patria boba acabaron, en una sociedad democrática, libertad de prensa y redes sociales, no se pueden esconder las travesuras que se cometen en el poder.