domingo 1 de abril de 2007

 

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Sobrellevando la ansiedad de la separación

Por la Universidad de Harvard | � 2007 United Feature Sindycate. Derechos Reservados

Word count 913

P: Mi hijo pequeño lo pasó muy mal al separarse de mí cuando lo dejé en la guardería. Pensé que se le pasaría con el tiempo, pero cada vez está más enfadado y llorón al dejarle en la escuela, y el hecho de llevarle allí se ha convertido en una batalla campal. �Cómo puedo ayudarle?

R: Los niños pequeños odian separarse de sus padres. Este miedo empieza a aparecer en el primer cumpleaños, cuando acentúa al acercarse a los 2 años, pero en la mayoría de los casos gradualmente desaparece cuando el niño llega a los 6 ó 7 años. Si el miedo a apartarse de los padres persiste en niños más mayores y crea serios problemas para el niño o la familia, se denomina desorden de ansiedad de la separación. Afortunadamente, se dispone de buenos tratamientos, y la mayoría de las familias no tienen que padecerlo mucho tiempo.

El desorden de ansiedad a la separación a menudo se diagnostica a los 6 ó 7 años, cuando el niño va a la escuela (véase gráfica). Algunos niños desarrollan el desorden a los 12 años, cuando pasan de la escuela elemental a la media. El problema es más común entre las niñas, y se ha relacionado con la depresión y otros desórdenes de ansiedad, especialmente ansiedad social (timidez incapacitoria) y desórdenes de pánico.

Los niños con desórdenes de ansiedad a la separación algunas veces tienen pesadillas por la separación y podrían intentar meterse en la cama de los padres por la noche. Algunos se preocupan de perderse o de ser raptados o de que sus padres mueran cuando están separados de ellos. Enfrentados a la separación, estos niños lloran, se agarran a sus padres, tienen pataletas o desarrollan síntomas físicos, dolor de cabeza, dolor de estómago o dolor de garganta.

Resistirse a ir al colegio es un síntoma común de la ansiedad a la separación. Los niños con este problema retrasan el abandonar el hogar, sólo van después de mucho llorar y patalear y a menudo salen de la escuela antes. Piden ser excusados constantemente o se quejan de dolores de cabeza o dolor de estómago los días de escuela, pero no los fines de semana. Se visten lentamente y pierden el bus escolar. Los síntomas son peores después de los fines de semana y las vacaciones y podrían también incrementarse después de una enfermedad, un accidente o la muerte de un familiar.

Sin embargo, estos síntomas pueden también proceder de un problema diferente, como una depresión, ansiedad generalizada o miedo a la misma escuela. En la escuela, los niños se ven sujetos a la autoridad y a reglas hechas afuera de la familia por primera vez. Están constantemente siendo comparados a extraños, o pueden verse avergonzados por maestros o aterrorizados por niños malos.

Cuando se deje a un niño en el autobús escolar o a la puerta de la escuela, los padres deberían siempre decir adiós. Perderán la confianza del niño si de repente desaparecen cuando el niño está distraído. Los padres deben permanecer calmados, pues la ansiedad es contagiosa. Los rituales de despedida como abrazos especiales son reconfortantes. Es importante poner límites, incluso si supone marcharse dejando al niño gritando y mantenerse alejado. Normalmente el niño deja de llorar tan pronto se van los padres. Si el niño es pequeño y los síntomas son mínimos, los padres, maestros y los empleados de la escuela podrán resolver el problema.

En su situación, tendría sentido consultar con un terapeuta. El terapeuta puede ayudarle a descubrir a tratar problemas subyacentes. También debería hablar de la situación con maestros y personal de la escuela para que no reaccionen negativamente a las quejas físicas. Además, los padres pueden dar a sus niños puntos diariamente por ir a la escuela sin llorar, y después recompensarse con pequeños premios según se acumulan los puntos. Permitir que el niño se quede en casa hace más difícil la asistencia al colegio más adelante y debería evitarse cuando sea posible. Si el problema es por un profesor crítico o un niño, un terapeuta o el padre debería discutir el problema y ayudar al niño a aprender cómo responder mejor.

Los tratamientos más empleados para el desorden de ansiedad de separación son terapias de comportamiento y cognitivos. En general, estas terapias se enfocan en enseñar al niño a reconocer y resistir miedos poco realistas. El entrenamiento para la relajación podría ayudar a mejorar los problemas físicos de ansiedad, que pueden incluir dolor de estómago, de cabeza o falta de aliento.

A menudo los padres encuentran que aprender sobre el problema ayuda a tranquilizar y apoyar a sus hijos. Ofrecer recompensas al niño, darle cumplidos o retirarle privilegios, algunas veces también ayuda. Si los problemas familiares son una fuente de ansiedad o el niño está repitiendo el comportamiento de padres ansiosos, pueden ayudar terapia grupal incluyendo al niño. Los estudios muestran que la participación intensa de los padres, así como terapia de comportamiento individual o grupal, pueden facilitar el desorden de ansiedad de separación.La ansiedad a la separación es normal y universal en niños pequeños. Pero si es inusualmente severa o persistente, es anormal. Afortunadamente, una vez diagnosticado el desorden de ansiedad a la separación, puede ser tratado.

ANSIEDAD A LA SEPARACI�N EN NIÑOS

Un 4 por ciento de niños tiene el desorden de ansiedad a la separación, que se diagnostica al iniciar la escuela. Consiste al menos en 3 de estos síntomas:

  • Excesivo estrés por la separación o anticipación de la misma, de la casa de los padres.

  • Preocupación persistente por la pérdida de padres o por algún posible daño si el niño no está con ellos.

  • Miedo persistente de perderse o ser raptado al separarse de los padres.

  • Rechazo persistente a ir a la escuela por miedo a la separación.

  • Rechazo persistente a estar solo, con o sin padres en la casa u otro adulto significativo en otros lugares.

  • Rechazo persistente a dormir afuera de casa o sin un padre cerca.

  • Quejas repetidas o dolores de cabeza y otros síntomas físicos cuando se anticipa la separación de los padres.

(� 2007 United Feature Sindycate. Derechos Reservados)

 

 

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