Familia demente necesita ayuda psiquiátrica
en Natá
Zabdy Barría
Coclé- EPASA
El caso de los hermanos Ricardo
Victoria y Carmen Graciela y un hijo de ella, Ciro Pérez, de 15 años,
es muy conocido en Natá. Desde hace muchos años son considerados
por los natariegos como dementes.
Ellos deambulan diariamente por las calles, viven en una casa en la parte
de atrás de la Basílica Santiago Apóstol, en una situación
infrahumana.
Al entrar a la vivienda lo único que se puede observar es sólo
la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, único testigo
de lo que ocurre realmente en ese hogar. Esta casa era de una tía,
no tiene luz, agua, ni un servicio de letrinación para hacer sus
necesidades. Solo tienen un taburete y dos colchones, que les regalaron
hace tres años.
Según vecinos, estas personas están en este mundo para
sufrir la necesidad de ser ayudados, a pesar de que tienen familia y que
en estos momentos que más necesitan, les han dado la espalda.
Manifiesta, que ellos no son agresivos, pero dentro de su propia vivienda
ocurren ciertas anomalías, por lo que las autoridades deben estar
pendientes.
Una residente en el área señaló que en esa casa
muchas veces se han escuchado los gritos de Carmen pidiendo ayuda, ya que
su hijo que no entiende, la golpea bruscamente.
Carmen "Chela", como es conocida en Natá, es una mujer
que lleva una gran tristeza, ya que nadie la puede ayudar y a pesar de que
tiene otra hija, ésta nunca se ha preocupado por ella.
Según el alcalde de Natá, Roberto Murillo, se hizo el intento
de hablar con los familiares de estas personas que residen en la ciudad
capital y más con el padre de Chela, sin embargo éste contestó
"que no podía cargar con ella porque tenía sus compromisos".
En el caso del padre del niño manifestó que se ha tenido
que recurrir con amenazas de cárcel, para que apoye con dinero a
Ciro.
En Natá existen otras personas con problemas de demencia, pero
a diferencia de éstos, sí son atendidos por sus familiares,
acotó la primera autoridad de Natá.
Por su parte, la Corregidora del lugar, Erenia Medina, señala
que a su despacho le han llegado las quejas de que el menor maltrata a su
madre, por lo que ha tenido que intervenir con unidades policiales. Además
considera que es inmoral que los hermanos lleven una relación amorosa,
lo cual en este caso se está dando.
Manifestó Medina que el año pasado su despacho realizó
diligencias con la Trabajadora Social para internar al menor en un centro
especializado en la capital. Las gestiones fueron en vano, había
un cupo reservado y luego el mismo fue negado porque un familiar reclamó
al niño.
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