Cinco mil agentes de la Policía Federal de México asumieron las labores de seguridad pública en Ciudad Juárez, la urbe más violenta de México, en un intento del Gobierno por ofrecer una estrategia más amplia y participativa con la sociedad contra el crimen y el narcotráfico.
Tras casi un mes de la muerte de dos estadounidenses ligados al consulado de EE.UU. en la ciudad norteña y cerca de cien días después de que 15 estudiantes jóvenes fueran masacrados en una fiesta, el Gobierno restó peso al Ejército en la urbe y puso a sus agentes de nuevo en las calles en el "Operativo Conjunto Chihuahua".
Dicho operativo fue lanzado en marzo de 2008 con el Ejército como protagonista y la Policía Federal en labores de apoyo para prevenir la violencia en Chihuahua y con atención especial a Juárez.