El Sínodo de la Iglesia Luterana polaca retiró ayer su confianza al obispo Janusz Jagucki, tras revelarse que en el pasado sirvió como confidente al espionaje del régimen comunista.
Jagucki deberá dejar prematuramente el cargo, para el que fue elegido en 2001 por un periodo de diez años y con opción a un segundo mandato, a consecuencia de los contactos mantenidos hasta mediados de los años 80 con los servicios secretos comunistas.