Cuando hablamos de conductas adictivas, muchos hacen referencia a las drogas, el alcohol o el cigarrillo; pero con el pasar de los años, las personas quedan envueltan en nuevos problemas psicológicos.
Uno de esos males modernos es la ludopatía o adicción al juego, tema que fue abordado en el foro "Conductas adictivas, un problema de la actualidad", que se realizó en el auditorio José Dolores Moscote de la Facultad de Economía de la Universidad de Panamá.
Se tiene un problema de juego patológico; aunque pueda parecer un vicio, es una enfermedad. Muchas personas han llegado a perderlo todo: dinero, familia, trabajo, relaciones, por culpa de su dependencia al juego. Para estos enfermos, el juego es una obsesión que puede considerarse como un descontrol de los impulsos, lo mismo que sucede con el impulso de robar (cleptomanía) o de quemar cosas (piromanía).
ENTRE MONEDAS Y EMOCIONES
Problemas de adaptación y ansiedad y una escasa asunción de las frustraciones son muy habituales en los ludópatas.
Hay ludópatas que hallan placer en el hecho de jugar, otros que dicen ganar dinero jugando y también los hay que afirman ser unos expertos en los trucos del azar y que son capaces de detectar cuándo, por ejemplo, la máquina "está caliente" y se dispone a dar premios cuantiosos.
Por otro lado, algunos adictos al juego se excusan asegurando que jugar les libera de tensiones cotidianas, que les divierte, les distrae o les permite albergar la esperanza de un futuro sin problemas económicos.
Por lo general, muestran tendencia a mentir incluso a los seres más próximos, a endeudarse para saldar deudas de juego y así poder jugar nuevamente para eliminar la nueva deuda contraída, aunque manifiesta que todo se solucionará enseguida, cuando llegue la "racha buena".
Minimizan su problema manifestando: "esto lo dejo cuando yo quiera". Se presenta asociada a otras: alcohol, tabaco, medicamentos, drogas.
El perfil es una persona caprichosa, con problemas de ansiedad, dificultades de adaptación social y escasa tolerancia de las frustraciones.
RIETE DE LA SUERTE
- Las familias de jugadores patológicos pueden solicitar la prohibición de que entren a ciertos lugares de juego como bingos y casinos.
- Si existen indicios razonables de juego patológico, acudir a profesionales especializados y también a asociaciones de autoayuda.
- Normalmente, un ludópata no puede dejar de jugar sin recibir ayuda, por mucha fuerza de voluntad que tenga.
- Se requiere de la intervención de especialistas de la psicología, psiquiatra, guía espiritual y sociólogo, para diseñar el proceso de deshabituación. La reestructuración de la personalidad, que le permita afrontar situaciones difíciles, tolerar la frustración y aprender a fijarse límites.
Y la prevención. Sin ir más lejos, es importante que los hijos no oigan frecuentemente que una lotería o un juego solucionaría nuestras vidas.