A ORILLAS DEL RIO LA VILLA
La tierra se calienta
Santos Herrera
La última década
de este milenio, que ya tiene los días contados, ha cambiado el tiempo
en el pueblo. La naturaleza reacciona en forma muy rara, y en su confusión
se expresa de una manera extemporánea que nos obliga a la reflexión.
Los árboles frutales, que antes florecían con la llegada de
la estación seca, ahora se llenan de flores en agosto, y como están
fuera de época, no llegan a desarrollarse. Antes, marzo era el más
caliente del año y nuestros viejos lo calificaron como el mes del
bochorno por su alta temperatura. Ahora, ese calor pegajoso se siente casi
todo el año. Viendo como el noreste, que mantenía se reuinado
en lo que llamamos el verano, frecuentemente aparece con fuertes ráfagas
en meses que corresponden a otras brisas más suaves y refrescantes.
Lo mismo sucede con el mojado sureste, que predominaba en septiembre y octubre,
pero que ahora -con los cambios climatológicos- aparece de cuando
en cuando, sin traernos los famosos "suestes". El mar también
está alterado y la subida de su nivel por el calentamiento está
afectado la pesca.
Algo muy serio está pasando, no sólo en nuestro pueblo,
sino en todo el pleneta Tierra. Sostenemos que se trata del mayor peligro
que enfrentan las futuras generaciones en el mundo. El recalentamiento global
es una realidad que nadie puede ocultar porque sus negativos efectos se
están sintiendo, resultando los más afectados, las grandes
mayorías, por ser los que cuentan con menos recursos. Y ¿quiénes
son los responsables del calentamiento terrestre? Los países industrializados,
que en su loca carrera de obtener más lucro en sus negocios, han
aumentado las emisiones de veneno que están enfermando seriamente
al planeta azul.
Con satisfacción observamos que en la Cumbre de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU), sobre el Cambio Climatológico, que
se celebró en Kioto, Japón, con delegados de más de
160 naciones, por lo menos se intentaron explorar las alternativas para
enfrentar el problema. Sin embargo, no se llegó a un acuerdo sobre
las medidas más drásticas a tomar orque las divisiones son
demasiado grandes para llegar a un consenso. Mientras los conservacionistas
exigen aplicar agudas restricciones en las emisiones de dióxido de
carbono, proveniente de la combustión de carbón y petróleo
y otros gases, que producen el llamado "efecto invernadero", potencias
como los Estados Unidos no comparten las referidas medidas. Lo cierto es
que existen evidencias de que la tierra se está calentando y esto
elevará las temperaturas en el planeta, los niveles del mar subirán,
aumentando las amenazas de huracanes y tormentas. Los países y ecologistas
deben seguir presionando, pues algo se ha avanzado. Antes de hablaba solamente
de los riesgos, mientras que en la reunión recién pasada en
Japón, se discutieron las acciones que deben tomarse. Los que hoy,
en defensa de sus intereses, no quieren reducir las emisiones, mañana
verán disminuidas sus ganancias, que le cambiarán su modus
vivendi.
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