El Gobierno de EE.UU. condenó el atentado insurgente perpetrado en Afganistán en un desfile de conmemoración de la victoria muyahidín contra el régimen comunista pro soviético y que tenía como blanco al presidente afgano, Hamid Karzai.
El atentado evidenció, según la Casa Blanca, que el conflicto en Afganistán tiene que figurar en lo más alto de la agenda política y de defensa de Estados Unidos y de sus aliados. "Estamos muy preocupados", señaló la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino. "La amenaza terrorista es real. Es mortal y derrotar a ese enemigo tiene que ser una gran prioridad para EE.UU., el Gobierno afgano, el iraquí y la alianza de la OTAN que trabaja con el Ejecutivo afgano", explicó en la rueda de prensa diaria.