Nadie es más consciente de los peligros que representa el crimen organizado que los propios moradores de las provincia de Bocas del Toro y los propios indígenas de áreas comarcales vecinas.
Es por eso que los indígenas se hicieron representar en el acto con sus líderes, entre ellos el cacique regional del área de Cusaqui y Kankintú, Johny Bonilla, quien reveló cómo cotidianamente en las paradisíacas aguas del Caribe se ven elementos extraños en lanchas rápidas y helicópteros.
En la costa caribeña de la provincia se ha decomisado no sólo droga, sino armas que se sospecha iban dirigidas principalmente a elementos irregulares colombianos y al crimen organizado.