Cuando el Quijote cumplió su palabra con Sancho, entregándole para que gobernara la ansiada ínsula de Barataria, le dijo: - "primeramente �oh! Has de temer a Dios. Lo segundo, has de poner los ojos en quién eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse al buey". - Alegra que el Quijote tenga lecciones válidas para el Panamá de nuestra época, amenazada con atavismos de la montonera y en peligro de ser convertida en cáfila de terroristas o en una hecatombe de confrontaciones gremiales.
Sería bueno, examinar el comportamiento de tres precandidatos que han ocupado importantes puestos públicos, que los descubren si podrían actuar después del 2009, como la inculta y resbaladiza rana que quiso igualarse al buey, hinchándose a reventar, con administraciones en discordia total, con propios y extraños.
En uno de los recientes gobiernos, por ejemplo el de los "zapatos del pueblo" por un pelito no fue enviado al patíbulo por los médicos y gremios afines, cuando confundió a tan esforzados profesionales de la medicina, con el mejor de los centros descula pollos de su cadena de producción. Contéstenme, qué puede esperarse con esta muestra tan burda de liderazgo.
Mientras, que el devenir de los gobiernos alcaldicios, desde Omar Torrijos para acá, brinda excelente oportunidad para hacernos una idea, de cómo se comportaron los candidatos más prominentes del actual panorama político panameño.
Les adelanto, que a la Alcaldía de la Capital de Panamá, períodos (1999-2004 y 2004-2009) no se le equipara gobierno municipal alguno que haya logrado tanta capacidad política de trabajar en armonía, incluso con ediles de partidos opuestos, en donde la unanimidad ha sido el denominador común, en trascendentes acuerdos y resoluciones.