El escenario de violencia en el norte de Sri Lanka "podría empeorar" y "tenemos que encontrar una salida", declaró ayer el secretario adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, John Holmes, tras afirmar que "el derramamiento de sangre en esa área es cada vez mayor".
"Los combates, bombardeos, lo que esté sucediendo, están aumentando todo el tiempo. Hay datos terribles de cientos de personas asesinadas y también he visto información sobre una instalación médica alcanzada por un tiro de mortero, lo que ha provocado más muertos y heridos", relató Holmes.
La ONU denunció que este fin de semana murieron cerca de 400 civiles, más de un centenar de ellos niños, como consecuencia de esas hostilidades.
En los últimos seis meses, cerca de 200.000 personas han huido de la zona de conflicto y se calcula que al menos 50.000 aún permanecen atrapadas en ella.