ABRACADABRA
"Primeras polémicas presidenciales"
"Al solicitarle al actual gobierno que se abstenga de asumir,
a nombre del Estado, compromisos apresurados e inconsultos, Mireya Moscoso
cumple con el mandato que el pueblo le asignó en las urnas"
Carlos Guevara Mann
Mireya Moscoso ha solicitado
al gobierno que se abstenga de realizar contrataciones y contraer obligaciones
que surtan efecto con posterioridad al 31 de agosto (El Panamá América,
12 de mayo de 1999). En vista del carácter abusivo de la actual
administración, y habida cuenta de la amplitud del mandato que recibió
en las urnas, la solicitud de la Presidenta Electa es coherente y sensata.
En 1994, Ernesto Pérez González asumió el poder
con tan sólo un tercio de los votos emitidos. Dos tercios del electorado
lo rechazaron en el referéndum del 30 de agosto. El pasado 2 de
mayo, Martín Torrijos, candidato de la cúpula, recibió
el 38% de la votación. Esos porcentajes contrastan con el 45% que,
en los últimos comicios, se emitió en favor de Mireya Moscoso.
La baja porción de apoyo popular recibida por el torodictador
no ha sido obstáculo para que, a lo largo de su presidencia, nos
haya impuesto toda clase de medidas inconsultas, impopulares y altamente
inconvenientes. Desde la mutilación de la ARI hasta la imposición
de los "días puente", ésa ha sido la tónica
de su infeliz mandato.
A espaldas de la ciudadanía, el señor Pérez negoció
con los Estados Unidos la permanencia de las bases militares norteamericanas.
Le salió el tiro por la culata, sin embargo, cuando quiso hacerse
el vivo y alagartarse con los gringos.
A través de procesos mal manejados, privatizó el INTEL
y el IRHE. Como consecuencia, hoy pagamos más por un servicio peor.
Nada hizo para mejorar significativamente las condiciones de vida de los
más humildes servidores públicos, pero a los altos funcionarios
del Estado les duplicó el salario.
Nombró a parientes y compinches en la Autoridad del Canal y repartió
las propiedades revertidas entre copartidarios y secuaces. Ordenó
la drástica rebaja de aranceles, lo que ha arruinado al campesinado,
y otorgó concesiones mineras y administrativas, que han dañado
el medio ambiente y perjudicado la salud y condiciones de vida de la ciudadanía.
Para financiar sus excesos y ostentaciones, ha aumentado la deuda pública
en aproximadamente 2 mil millones de balboas. Ha manejado apreciables sumas
del presupuesto nacional de manera secreta y dictatorial.
Todo esto lo ha podido hacer gracias a la complicidad de la Asamblea,
cuya sumisión ha garantizado a través de la asignación
de 180 millones de balboas en concepto de partidas circuitales, entre 1995
y 1999.
Estas medidas se han tomado con el único propósito de beneficiar
a la cúpula gobernante. La población (especialmente los sectores
de menos recursos) ha pagado el alto costo de la arbitrariedad y corrupción
de la cúpula del PRD.
Si el pueblo panameño no le suspende la fiesta, en los 110 días
que le quedan de gobierno, el señor Pérez seguirá imponiendo
y mangoneando. Sin consultar a nadie, con el peligroso secretismo que caracteriza
sus acciones, venderá lo poco que le queda al Estado, incluyendo
al IDAAN, con resultados catastróficos para la clase popular, como
lo demuestran las privatizaciones del INTEL y del IRHE.
Para satisfacer sus insaciables caprichos, nos endeudará todavía
más. Dará en concesión los tanques de combustible
de Arraiján, lo que les producirá a sus compinches "Bolo"
Flores, "Pille" González y Jorge Krupnik una millonaria
comisión.
Al solicitarle al actual gobierno que se abstenga de asumir, a nombre
del Estado, compromisos apresurados e inconsultos, Mireya Moscoso cumple
con el mandato que el pueblo le asignó en las urnas. Pero el torodictador,
como es usual, ha reaccionado con soberbia, arguyendo - poco más
o menos - que hasta el 31 de agosto tiene licencia para hacer lo que le
da la gana.
Que él y sus secuaces sepan, desde ahora, que el pueblo no va
a tolerarles más abusos.
|