Maribel Cuervo de Paredes es la comunicadora social más polémica y combativa del momento y ha logrado dejar su huella en los momentos más críticos de la vida nacional, lo que le ha convertido en el verdadero termómetro de una sociedad que se autocalifica de moderna y democrática.
El sistema imperante nos vende la idea de que pertenecemos a una sociedad fundamentada en instituciones democráticas sólidas, pero sin la aplicación de verdadera justicia, con procesos expeditos y justos, con la presunción de inocencia como punto de partida de los litigios; además, el Estado es una entidad omnipotente que aplica las leyes sin someterse a ningún código jurídico.
De allí que los grupos económicamente poderosos mantengan su preponderancia e influencia y una prueba de ello es el peso que gravita sobre esta valiente periodista, cuyas denuncias permanentes y sostenidas, han afectado a algunos de estos sensibles sectores, que no terminan de comprender el ambiente de libertad de expresión en que vivimos.
Estos grupos combaten a Maribel Cuervo de Paredes y piensan que podrán controlar con influencias, su pensamiento, su libertad de expresarse y su posición vertical ante los problemas descubiertos durante el ejercicio de su profesión periodística.
En un entorno dictatorial sería difícil encontrar a alguien como la señora de Paredes, eso es comprensible. Lo extraño es que ante una apertura democrática, ante la preponderancia del derecho y la libertad, no existan más personas con el talante para señalar, criticar y enfrentar los desaciertos del sistema.
Quienes persiguen y enfrentan a Maribel han olvidado la forma expedita en que se transmite la información en esta era de celulares, internet y correos electrónicos, en un universo donde nada puede permanecer oculto por mucho tiempo, en un mundo donde un líder agrícola como Evo Morales es el presidente de Bolivia y su esposa, una vendedora ambulante, ocupa el sitial de Primera Dama de la nación andina.
En el fondo, nuestros pueblos buscan sus raíces y su destino con honradez, respeto y dignidad ante el avance de un neoliberalismo incapaz de cumplir sus propuestas y de aceptar la participación crítica de voces como la de Cuervo de Paredes.
Esta dama del periodismo nacional tiene temperamento y valentía, amor por su país y responde a una necesidad de todos los panameños y panameñas de construir una nación donde la pobreza disminuya y exista un ambiente de solidaridad, paz y justicia social.
Maribel, al igual que otras notables mujeres como Telma King, Mayín Correa, Isabel Corro, Noemí Castillo, se convierten en esa luz esperanzadora al final de un camino bastante nublado. Maribel, ante todo esto han de triunfar los panameñitos y panameñitas y por tu civismo, patriotismo y conciencia te queremos, respetamos y admiramos.