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"Mireya y la Constituyente"

Carlos Christian Sánchez C.
Relacionista Internacional

El sistema democrático panameño adolece de una Constitución adecuada para salvaguardar las garantías fundamentales de todos los ciudadanos. Desde 1972 está en vigencia una Carta Magna mancillada por los trastornos del militarismo autoritario, el abuso administrativo, la implementación de parches jurídicos y el no cumplimiento de sus normas por parte de muchos gobiernos que han desfilado en la reciente historia nacional de Panamá.

Con el triunfo electoral de la señora Mireya Moscoso y del Partido Arnulfista, han renacido las propuestas que señalan la necesidad de efectuar una reforma total de la actual Constitución Nacional, sobre la base de la implementación de una Asamblea Constituyente, con poderes limitados, que modernice las normas y leyes del Estado panameño. Hasta ahora, la propuesta de una Constituyente menciona el llamado a un plebiscito nacional como previa consulta al pueblo sobre la conveniencia de la acción.

Entre algunos de los objetivos que deberá implementar una Asamblea Constituyente están: la reforma del equilibrio de los poderes del Estado, el balance adecuado entre los Organos Ejecutivo y Legislativo; el garantizar la estabilidad laboral de miles de empleados públicos por medio de la Carrera Administrativa; la creación de una Corte Constitucionalista que defina los problemas jurídicos sobre la aplicación de una nueva Carta Magna; el reforzarmiento de la seguridad pública y la vigilancia soberana del territorio nacional por parte de efectivos nacionales.

Pero la Asamblea Constituyente jamás deberá colocar en el articulado de una nueva Carta Magna, reformas para la reelección presidencial del mandatario de turno; el aumento del poder Ejecutivo, a sabiendas que no puede lidiar con un Parlamento en oposición; o que luego se implementen puntos que restringen la libertad de expresión, la libertad de prensa, el movimiento de los ciudadanos, o que se trastoque la democracia para favorecer las ambiciones desmedidas del que detenta el control del Estado.

Por ello, al nuevo Gobierno le recomendamos que inicie con buen pie su proyecto de una Constituyente, siempre y cuando se considere la reforma de algunas leyes perjudiciales como el Código de Trabajo de 1995, el Código Electoral que permite amplios beneficios a un determinado club de partidos políticos y que se institucionalice el derecho inalienable de los ciudadanos a optar por la libre postulación a cargos tan importantes como la presidencia y la legislatura. Es allí cuando veremos si hay buenas intenciones para reformar la Carta Magna. Para bien del país.

 

 

 

 

 

 



 

AYER GRAFICO
Manifestaciones contra el Canal se dieron en los Estados Unidos de América


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no cumplo con mi jornada de trabajo


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