Sólo los delincuentes cometen un delito y salen corriendo porque saben que cometieron un pecado. Robaron o mataron, no importa cuál haya sido su caso, pero el que queremos tratar hoy en este espacio es cuando las personas -accidentalmente- chocan un vehí�culo y se van sin decir: Señor disculpe, choqué su auto.
Dar la cara cuando se comete un error es considerado un acto de valentí�a. Solo los grandes de corazón lo hacen; los enanos no llegan a aceptar nada, aunque se les muestre en un video su falta.
No hay crimen perfecto. No hay nada oculto que no sea revelado, pues tarde o temprano se sabrá. Estas palabras son sabias y no fallan nunca.
Salir huyendo, borrar la marca de un choque o pintar el lado golpeado o cualquier cosa que haga, nada lo sacará de la prisión en que se encuentra. Todos los delitos que se cometen siempre van a parar a la cárcel, aunque no se trate estrictamente de La Joya o El Renacer. La cárcel de la que hablamos es su conciencia.
Pregúntese: �Cómo puedo ser capaz de chocar el auto de una persona en un establecimiento comercial y darme a la fuga? �Qué dirán de mí�? �Revisarán los videos y tarde o temprano sabrán que fui yo? Quizás se haga más de estas preguntas, porque es muy cierto que su conciencia lo martilla todos los dí�as cuando tiene que regresar al centro comercial con su familia.
Los criminales después de cometer un asesinato a sangre frí�a sienten remordimiento y muchos optan por entregarse. Ellos no quieren vivir con ese cargo.
Aunque no se compara un crimen con un choque, la diferencia está en decir la verdad y enfrentar la responsabilidad civil.
Amigo o amiga, si fue usted acérquese a esa persona que chocó y diga la verdad. Sea un buen ciudadano y predique con el ejemplo porque el dí�a de mañana es usted quien podrí�a accidentalmente chocar a otro auto.