Eran minutos de mucho suspenso, porque la decisión final aún no se anunciaba.
La expectativa crecía, mientras que el rostro del panameño Anselmo "Chemito" Moreno se llenaba de felicidad, porque estaba seguro de que había hecho el trabajo para destronar por los puntos al campeón gallo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el ucraniano Wladimir Sidorenko.
De repente, el anunciador comenzó a leer las puntuaciones. Sólo los alemanes entendían, porque era leída en alemán.
Los segundos pasaban, cuando se escuchó el nombre de Anselmo "Chemito" Moreno.
El sueño se había cumplido. Panamá tenía un nuevo campeón mundial en la humanidad de Anselmo Moreno.
La esquina de "Chemito" celebraba, mientras que el nuevo campeón se lanzaba a la lona para darle gracias a Dios.
El tercer hombre en el ring, el boricua Luis Pabón, buscaba levantarle la mano al nuevo monarca, pero éste permanecía en la lona, irradiando felicidad.
"Este es el sueño de mi vida.. esa corona va a dormir conmigo y en el avión de regreso la llevaré en mi pecho hasta llegar a Panamá", dijo Moreno luego del pleito, en una rueda de prensa.
"Chemito" dedicó este triunfo al ya desaparecido entrenador Celso Chávez, padre, forjador de su carrera.
"El lunes (mañana) voy para su tumba a llevarle a Celso Chávez, padre, la corona", precisó.