Panamá vuelve a ser sede de un evento de importancia para la población del continente americano. Hoy inicia el XXXVII período ordinario de sesiones de la asamblea general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) con muchas expectativas.
Representantes de 34 países debatirán por espacio de dos días sobre temas de importancia para la región como la energía, como vehículo para el desarrollo sostenible.
Sin embargo, no hay duda que saldrán a relucir temas álgidos en las sesiones como la situación que se produce en Venezuela con el cierre de Radio Caracas Televisión (RCTV). Desde ya se vislumbran enfrentamientos verbales entre las delegaciones de Estados Unidos y Venezuela, por el tema de la libertad de expresión y el caso del anticastrista Luis Posada Carriles.
Por más explicaciones que trate de brindar el gobierno de Chávez, hay un movimiento interno y externo de condena a la medida de cerrar un canal de televisión. En lo que respecta a la libertad de expresión y de prensa, no hay medias tintas. Aunque lo dudamos, ojalá que la administración venezolana rectifique la medida contra RCTV y deje de hostigar a los medios de comunicación social.
Igual sucede con Estados Unidos. No se puede abordar el tema del terrorismo con diferentes posiciones. Tan malo es el terrorismo de izquierda, el de derecha o de los fanáticos religiosos. La nación norteña no puede amparar las acciones atribuidas a Posada Carriles.
Ojalá que en la Asamblea se puedan lograr acercamientos sobre temas tan polémicos dentro de un marco de respeto y que la Declaración de Panamá que se emita al final del encuentro regional incluya propuestas para garantizar el desarrollo, la democracia y la seguridad de los países del continente.