Desde hace unas semanas, Juan ya no es el mismo. Su madre se cansó de su mala conducta y decidió llevarlo al médico para que le recetaran medicamentos para tranquilizarlo. Ahora el pequeño de 9 años no sonríe como antes, se la pasa dormido y casi no quiere jugar. Lo peor de todo es que se ha vuelto adicto a este medicamento, que es casi similar a las anfetaminas.
Y es que cientos de psicólogos y pediatras recetan este tipo de medicamentos como los únicos antídotos efectivos contra la hiperactividad y el déficit de atención, dos males cada vez más frecuentes entre los hijos del fin de siglo.
Pero para la doctora Lourdes Restrepo, ésta no es la única forma de combatir estas enfermedades; confía en la hipnoterapia, ya que es fiel creyente en que estas medicinas, en vez de ayudar, le hacen un gran daño al menor.
Mientras que la psicóloga Luris Montilla, asegura que está de acuerdo con los medicamentos siempre y cuando sean utilizado de manera adecuada.
Manifestó que hay niños que realmente necesitan ser calmados para que logren prestar atención. "Estoy de acuerdo siempre y cuando se tenga un control con el neurólogo y se hayan agotados todos los recursos y terapias para el menor" dijo.
Lo cierto es que su uso y abuso tiene divididos a los padres, a los profesores y a la propia clase médica.