Josef Fritzl, el hombre de 73 años acusado de encerrar y violar a su hija Elisabeth, de 42 años, durante casi un cuarto de siglo en un sótano en la ciudad austríaca de Amstetten, actuó sin la ayuda de cómplices, según confirmó la oficina del Fiscal encargado del caso.
Según sostuvo ayer la agencia austríaca APA, el portavoz de la Fiscalía, Gerhard Sedlacekla, aseguró que no hay nuevos indicios de la existencia de coautores ni de la participación de Fritzl en otros actos delictivos.
Los investigadores siguen examinando el sótano donde Fritzl mantuvo prisionera a su hija Elisabeth y donde la sometió a innumerables violaciones, frutos de las cuales nacieron siete niños, aunque uno falleció tras el parto y fue incinerado por su padre-abuelo.
Los hechos acaecidos en Amstetten causaron estupor en todo el mundo y han generado un amplio debate sobre cómo pudo Fritzl mantener en secreto que bajo su casa vivían Elisabeth y tres de sus hijos.