FAMILIA
El jugador adicto tiene una naturaleza compulsiva
Doris Amaya
L.M.H.C., C.A.P.
El jugador compulsivo tiene
una adicción "pura", o sea que es propia de su comportamiento.
Mientras que en las otras adicciones las sustancias son las responsables
del desbalance químico que se produce en el cuerpo, en la adicción
al juego este desbalance se crea a través de la conducta del individuo.
Sus ACCIONES son las que "lo elevan" o le producen el placer
que, en otros adictos, es producido por la droga o el alcohol. Cuando deja
de apostar (la acción que llega a ser su "droga"), sufre
un síndrome de abstinencia muy parecido al que produce cualquier
otra adicción.
Apuestas fuertes, repetidas frecuentemente por largo tiempo, llegan a
formar cambios químicos que, a su vez, crean un desbalance de esta
índole que afecta a toda su persona. Los científicos creen
que como consecuencia a esta adicción, se produce un desequilibrio
en la enzima llamada en inglés, adenyl cyclasa, la cual está
involucrada en la actividad de los neurotransmisores en el cerebro. También
han descubierto el mismo desequilibrio en los casos de adictos a la cocaína
y, de una manera especial, en casos de adicción a la epinefrina y
norepinefrina (adrenalina y noradrenalina). Pero las investigaciones continúan
y esperamos que el tiempo ayude a aclarar más lo que sucede exactamente.
El adicto al juego es, generalmente, una persona muy activa física
y mentalmente, además posee una agilidad mental superior a lo normal.
En su mayoría, han sido así desde muy pequeños... o
sea que hacen físicamente predispuestos al problema.
Son personas hiperactivas, ansiosas y muy agradables. Suelen tener un
coeficiente intelectual no menor de 120. Por su inteligencia, se ganan la
simpatía de todo el mundo desde niños: quizás jugaban
bola y siempre ganaban; luego pasaron a jugar a las cartas... La presencia
de la lotería en la mayoría de los países hace que
muchos adolescentes se estén haciendo jugadores compulsivos. Un gran
número de las llamadas a los grupos de jugadores Anónimos
son de menores de 21 años.
Si la persona comenzó jugando desde muy niño, de adolescente
pasará a los juegos de adultos, como las carreras de caballos, las
de perros, casinos, etc. En la etapa avanzada de la adicción, el
enfermo pasa todo el tiempo pensando en juegos y apostando sobre todo lo
que le rodea: apuesta si la persona que está llegando a la puerta
de la casa se va a quitar el sombrero, o si se lo dejará puesto;
apuesta, en su mente, si su esposa cocinará papas o arroz para la
cena. Pierde el control de sus pensamientos y de su conducta, a la vez que
actúa compulsiva e irracionalmente en todo, a pesar de las consecuencias
adversas, igual que el adicto a las drogas o al alcohol.
DEFINICION DEL JUEGO COMPULSIVO
En resumen, la adicción al juego compulsivo es un desorden del
comportamiento y es progresivo; por eso el individuo siente un gran "apetito"
o una urgencia tremenda de jugar o apostar, sentimientos que con el tiempo,
llegan a ser una preocupación psicológicamente incontrolable.
El juego llega al punto de comprender toda la vida personal, social, y laboral
del adicto. Estos problemas llegan a intensificar el comportamiento de juego.
Entonces desarrolla una DEPENDENCIA EMOCIONAL sobre el juego, una
PERDIDA DE CONTROL, y una incapacidad de llevar una vida normal.
Es una enfermedad con raíces físicas y psicológicas,
que es primaria, progresiva, crónica y sistémica.
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