Ya nos la habían anunciado y ahora nos la implantan: la tarifa eléctrica sube. Hace un mes nos hicieron rezar y sufrir bajo la premisa de que el consumo se había incrementado tanto, que la demanda igualaba la oferta.
Y como dijo el Lic. Urrutia (Director del Ente Regulador) y su sub (Sr. Diez): "La electricidad más cara es la que no se tiene". Con ese canto de sirena trataron de explicar, el por qué de la razón de ahorrar energía, sufrir la ausencia o racionamiento de ella y la imperativa alza.
Y me pregunté: �cuántos de los subsidiados habían comprado para, e instalado en sus hogares, focos incandescentes de mayor intensidad? �O quienes, de los de la casi desaparecida clase media, al irse a sus trabajos, habían dejado sus acondicionadores de aire funcionando o sus refrigeradoras abiertas? Ninguno.
Se me ocurrió que si todos los que estábamos aquí el año pasado gastamos una cantidad de energía eléctrica per cápita más o menos igual a la de este año, la única razón posible para explicar esto sería: el "boom" inmobiliario. �Por qué tengo que pagar electricidad más cara porque algunos "inversionistas" en sus proyectos utilizan más electricidad, forzando a las generadoras a comprar mas petróleo a precios del momento (ya que no pudieron programar la demanda)?
Lo más injusto y lo más lógico -políticamente hablando - al tratar de proteger la nueva industria y los bolsillos de los que más tienen y pueden, fue "regar" (léase: distribuir) los costos adicionales en los bolsillos de todos los consumidores, fueran éstos subsidiados o no.
Por qué no promediaron los pagos de todos los usuarios en base a los seis últimos meses y les cobraron el promedio reflejado? Por qué a los nuevos usuarios no se les aplicó una nueva tasa (basada en su inversión y el nuevo gasto producido) para cubrir los gastos generados por la sobre-demanda?
Como lo veo, el subsidio de los que menos consumen, lo paga la clase media. Los gastos de inversión lo paga la clase media y lógicamente también tiene que pagar su propio consumo. El gobierno sólo administra nuestros dineros y parece que no lo está haciendo muy bien. Ya es hora de que dejemos de leer pasquines de Condorito y analicemos nuestra cruel realidad.