EDITORIAL
Preocupaciones de la opinión pública
Un juicio preliminar se realizó
ante un juzgado de circuito, ayer, para determinar la consistencia jurídica
de la encuesta penal que por calumnia e injurias se adelanta contra el doctor
Miguel Antonio Bernal, en razón de afirmaciones relacionadas con
la decapitación y muerte de cinco reos, en la isla penal de Coiba,
que se estima ofensivas a la fama de la Policía Nacional.
Independientemente de las soluciones procesales que diriman la encuesta
púnitiva en cuestión, existe en la opinión pública
preocupación sobre el mutismo profundo, el silencio suspicaz, que
rodea las muertes de Coiba, donde no se conoce autorías, cómplices
o encubrimientos; razón suficiente para que en el seno social panameño
crezcan interrogantes; dudas que colocan en precario las credibilidades
y confianzas que deben rodear a los organismos oficiales de investigación
y vigilancia.
De igual manera, un recurso en consulta de constitucionalidad interpuesto
por personero de la Asamblea Legislativa ante la Corte Suprema de Justicia,
en las postrimerías del Caso Faúndes, cuya resolución
no ha sido proferida cuando los términos superan el año calendario,
genera en el sentir popular inquietudes y temores; preocupaciones que subjetivamente
se extienden a otras consideraciones sobre "justicia de ruana y de
carruaje".
En la causa Faúndes resulta grosero que los magistrados principales,
compañeros del enjuiciado, se declarasen impedidos alegando causal
propia de juicios civiles o penales, no de constitucionalidad, y todavía
se mantenga sin integrar la plenaria con suplentes, alargando así
el martirologio del defendestrado juez.
Las preocupaciones colectivas se acrecientan, agigantándose, cuando
un conocido abogado de la localidad, apoderado del enjuiciado magistrado
Faúndes, resulta agredido, en horas diurnas, en su propia casa en
Villa Zaita, por cuatro sujetos que vestían chalecos de un organismo
policial, ostentaban placas de la entidad investigadora de los delitos,
armados con poderosas pistolas, quienes no hurtaron, no robaron, y únicamente
maltraron al jurista, amenazando a quienes se acercaron a socorrer al vecino.
La prontitud con que los organismos de seguridad y policía judicial
rechazan la identificación positiva que hizo la víctima, levanta
adicionales suspicacias en la opinión pública que percibe
las argumentaciones de descargo sin solidez, ni convencimiento; apresuradas
y de aparente espíritu de cuerpo.
Las imágenes, las creencias que asimila el ciudadano común
de los fragmentos de información que recibe sirven de soporte a la
opinión pública, que pudiera no corresponder a la realidad
de los hechos, ni a la veracidad de las circunstancias, pero que cumple
el papel de inducir a tomar las decisiones y adoptar preferencias; motivo
por el cual, se impone que quienes ejercen labores públicas sensitivas,
busquen mejorar las estimas populares, entregando la información
oportuna, idónea, precisa, que permita escoger: No hacerlo permite
la pérdida de imagen ante el pueblo... y eso tiene consecuencias
funestas.
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AYER GRAFICO |
Un Pegaso pasa majestuoso por Calidonia antes del gran desastre financiero. |
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