El actual problema por el que atraviesa el Comité Olímpico de Panamá (COP) no es más que una lucha de poder, en la que ni los atletas ni los principios de la Carta Olímpica interesan a dirigentes como Miguel Vanegas.
Este "show" bochornoso que ha protagonizado la dirigencia panameña, tiene su génesis en un deseo enfermizo y demencial por hacerse, a como dé lugar, con el control del COP, sin importar a quién se afecte.
Melitón Sánchez, miembro de la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) y ex presidente del COP, empezó dando el ejemplo. Con la falsa excusa de hacer "respetar al Movimiento Olímpico", "Don Meli" expulsó, en su momento, a varios presidentes de federaciones del COP (los de ciclismo, taekwondo, por ejemplo) y no conforme con eso, les negó el derecho a sus atletas de participar en los juegos regionales.
La ODEPA habla del "respeto al derecho de los atletas", pero la decisión de no permitirles a los de Panamá competir bajo su Pabellón Nacional en los próximos XV Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, no es un castigo a nuestra dirigencia deportiva, como quieren hacer ver, sino una bofetada a los mismos deportistas que son, al fin y al cabo, los dueños del espectáculo.
Privar a los deportistas de escuchar su Himno, de ver ondear su bandera, como si no tuvieran patria, luego de ganar una medalla lograda a punta de sudor y esfuerzo, constituye una humillación, en todos los sentidos.
Una vez más queda demostrado que, en la guerra entre nuestros dirigentes, siempre los atletas ponen el sufrimiento.
�Hasta dónde llegará todo esto? �Creerán los señores de la ODEPA que nuestros dirigentes están dolidos por el hecho de que la Bandera panameña no esté presente en los Panamericanos? Insultos, sacadera de trapos. Eso es lo único que nos ha sabido ofrecer Wever, Vanegas y compañía.
Ninguno de los que hoy pugnan por hacerse con el control del COP, merece representar al deporte panameño en el Movimiento Olímpico, por la verg�enza que nos han hecho pasar. Lo dudo, pero ojalá cambien su actitud. Nuestro deporte no merece esto.
La ODEPA, dueño de los Juegos Panamericanos, debe ser más seria. No debe permitirle a ningún dirigente (como se lo permitió a Melitón Sánchez) que margine a los atletas.