El nuevo primer ministro británico, Gordon Brown, pasó página a la era de Tony Blair con una radical remodelación de su Gobierno laborista, en el que premió a sus aliados e incorporó "nuevos rostros" del partido.
El primer nombramiento de Brown ha sido el de David Miliband al frente del ministerio de Asuntos Exteriores, una designación que de alguna manera viene a recompensarle por su decisión de no presentarse al liderazgo del Laborismo, como hubiera querido Blair.
La Economía, la cartera que Brown ocupó durante diez años, estará en manos de su viejo amigo y aliado Alistair Darling, un político con gran experiencia ministerial puesto que ha pasado por departamentos como el del Tesoro; Transporte; Trabajo y Pensiones e Industria y Comercio.