"Me golpearon, pero peleé por lo mío", dijo Francisco Locardo, de 40 años, después que le dieron tremenda paliza cuando intentaron asaltarlo.
El hombre que labora como vigilante de la casa 10095, ubicada en la calle 8 avenida Roosevelt, en la ciudad de Colón, propiedad de un empresario indostanés, se quejaba de muchos dolores.
El desafortunado pudo llegar hasta la casa de su jefe, donde permaneció acostado en el piso de la terraza de la casa, desde la noche del miércoles, cuando los maleantes lo atacaron y no había podido pedir ayuda por los golpes que le dieron en la cabeza con un revólver y con palos los que lo dejaron inmóvil.
Para llegar hasta el herido los rescatistas de la Cruz Roja, tuvieron que saltar la cerca de la residencia.
Informes médicos dijeron que Locardo presentaba fracturas en cuatro costillas y golpes de consideración en la cabeza y cadera.
Algunos vecinos y paisanos del propietario de la casa llegaron a la escena para informarse de lo que ocurría.
Unidades del Cuerpo de Bomberos, también brindaron su colaboración en la atención de esta víctima, que fue trasladada al Hospital Manuel Amador Guerrero.