Plaga acaba con sembradíos de
maíz, yuca y arroz en Veraguas
Juan B. Madrid
Veraguas · EPASA
Una vez extinguidos los efectos
del Fenómeno de El Niño, los productores del país y
por ende los de la provincia de Veraguas comenzaron, con esperanzas de recuperar
las grandes pérdidas, a hacer producir la tierra, cada uno de la
manera en que le es más factible y beneficioso.
Sin embargo, para los agricultores de ciertas regiones de la provincia
esto no ha podido lograrse dado que han sido afectados por la presencia
de una plaga conocida como el gusano cogollero, que les acaba la hierba
que alimenta al ganado y también con los sembradíos de maíz,
arroz, yuca y otros.
Esta situación que se presentó aproximadamente a finales
del pasado mes mantiene en zozobra a estos humildes campesinos, muchos de
los cuales se dedican a estas labores con el ánimo de brindarle subsistencia
a su familia y si las condiciones son favorables, obtener cierto grado de
ganancias que le permitan mejorar en parte su maltrecha condición
de vida.
Es así como de manera inesperada, cuando se pensaba que este objetivo,
que año tras año estas personas buscan, se cumpliría,
aparece este insecto y aumenta la desesperanza causada por los estragos
que dejó "El Niño", con la inclemente sequía
que azotó al país durante los últimos meses y que dejó
tambaleante la situación, ya de por sí crítica, de
los productores del país.
El señor Santiago Vega, residente en Camarillas y uno de los afectados,
cuenta que ya los animales han empezado a sentir la ausencia de alimentos
que se está dando como producto de las dos situaciones por las que
han pasado: primero, la sequía, y luego la aparición de gran
cantidad de gusanos que acaban con grandes extensiones de potreros.
Para este señor la cantidad de hectáreas afectadas es difícil
de precisar, ya que este mal se ha extendido de comunidad en comunidad,
arrasando con cuanto potrero y sembrado se encuentre por delante, sin que
hasta el momento hayan recibido la visita de ningún funcionario de
alguna de las instituciones estatales que se deben encargar de ayudar al
productor, sobre todo en estos momentos de dificultades.
Indica además que existe una alarma general entre los pobladores
de estas regiones dedicados, en su mayoría, a la agricultura de subsistencia
y a la ganadería, por lo que se están poniendo de acuerdo
para ver qué acciones pueden llevar a cabo de manera conjunta para
frenar esta plaga que le está ocasionando mucho daño.
Para otro productor, un señor de apellido Arias, este es un problema
que calificó de muy serio, ya que la gran cantidad de insectos que
han aparecido se encuentran reduciendo a su mínima expresión
una gran cantidad de pastizales que comenzaban a resurgir luego de una extensa
época seca.
Pequeños agricultores de las comunidades de Cañacillas
Arriba, La Peina, El Centeno, Llano de La Cruz y muchas más, han
visto con asombro cómo sus siembros y potreros han sido invadidos
por esta plaga que se multiplica de manera acelerada sin que pueda evitarse.
En visitas por los lugares afectados puede notarse que estas personas
llevan a cabo ingentes esfuerzos para, mediante la fumigación, frenar
el avance del mal. Sin embargo, los mismos parecen resultar infructuosos,
ya que con los pocos recursos con que cuentan es imposible darle cobertura
a extensiones de tierra tan amplias como lo son los potreros, además
de que según los conocedores del tema ésta no es la solución
más viable, ya que no se logra el objetivo de erradicar por completo
el problema.
Para estos fines los desesperados campesinos adquieren un producto cuyo
costo en el mercado local es de 30 balboas por litro, además de que
deben acarrear agua de lugares lejanos, ya que las lluvias que han caído
no son suficientes para que las fuentes de agua cercanas se mantengan activas,
aumentando de esta manera las dificultades que confrontan.
Para José Bellanero, jefe del departamento de Desarrollo Agrícola
del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) en Veraguas, este problema
es causado por la forma irregular en que se están dando las lluvias
en la provincia, que no son continuas, por lo que es propicio para la reproducción
del Spodoptera SP (Frugiparda), cuyo huevo demora de tres a cinco días
en gestación.
La etapa larvaria de este insecto, en la que causa mayor daño,
tiene una duración de 14 a 21 días, en los cuales afectará
a las diferentes plantas si las lluvias no los tumban de las mismas con
el constante caer, que es lo que no se está dando en el momento.
La fumigación, ya que además de dañar el ecosistema,
no resuelve el problema, dado que la naturaleza está favoreciendo
la reproducción del insecto y con ésta se mata al mismo, pero
no garantiza que en días siguientes no puedan aparecer cientos más,
y este funcionario recomienda que en el caso de los pastizales se les introduzcan
animales, ya que éstos mediante el pastoreo afectan notablemente
la vida de la plaga.
Indicó el funcionario que el tiempo en que pudiera estar controlada
esta adversidad es relativo y tiene que ver con el tipo de manejo que se
le puede dar, además de que si se regula el régimen de lluvia
el control se daría de manera natural.
Según dio a conocer el Ing. Bellanero, el MIDA tiene agencias
distribuidas en todos los distritos de la provincia, cuyos extensionistas
deben visitar las áreas, por lo que todo aquel agricultor que necesite
orientación técnica la puede solicitar en la respectiva oficina
para que su caso sea atendido.
Agregó que en la provincia también se encuentran oficinas
de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y otros grupos que en la actualidad
trabajan con agricultura sostenible, orgánica, etc., cuyos técnicos
también están dispuestos a compartir sus conocimientos para
el bien común y la mitigación de esta problemática.
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El señor Santiago Vega, residente en Camarillas y uno de los afectados,
cuenta que ya los animales han empezado a sentir la ausencia de alimentos
que se está dando como producto de las dos situaciones por las que
han pasado: primero, la sequía, y luego la aparición de gran
cantidad de gusanos que acaban con grandes extensiones de potreros. |
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