EDITORIAL
Réquiem por el CMA
La iniciativa de utilizar
las instalaciones de la base militar de Howard, una vez fenecida la presencia
norteamericana en los sitios de defensa istmeños, al tenor de los
acuerdos pactados en los Tratados Torrijos-Carter, recibió inicialmente
espaldarazo de la opinión pública, al entender que la prolongación
de tales usos devendría, en empleos, ingresos y progreso social panameño.
Las negativas norteamericanas de acordar pagos por el referido uso, con
el pretexto de respetar criterios internos de Estados Unidos, donde se clausuraron
decenas de instalaciones militares a la terminación de la "guerra
fría", y el reclamo de Rodman, Kobbe y Sherman, como áreas
necesarias para el proyecto del Centro Multilateral Antidrogas (CMA), hizo
cambiar los conceptos populares y desató el incremento de actividades
opositoras.
Las negociaciones adelantadas entre ambas naciones, encaminadas a formalizar
el acuerdo principal del referido centro para el control de los quehaceres
delictivos del narcotráfico llegaron a un punto sin salida, donde
las respectivas posiciones resultan inflexibles y amenazan con archivar
lo actuado cancelando las conversaciones.
En este entorno, personeros norteamericanos acusan a los panameños
de demorar los diálogos y retardar las respuestas, y anuncian la
posibilidad de trasladar los equipos y el personal técnico de detección
del tráfico aéreo a otro país; mientras funcionarios
de cúspide nativa rechazan cualesquiera diseño de una base
militar encubierta, donde los castrenses gozarían de exenciones y
prerrogativas diplomáticas, negadoras de la soberanía judicial
panameña.
En estas circunstancias, unido a los rechazos internacionales que miran
con suspicacias mantener el referido control aéreo y los operativos
en manos norteamericanas, los críticos opinan que pudieran exceder
la persecución de narcotraficantes, y servir otros designios, el
CMA, camina al sepulcro y merece un responso público.
El mandatario Pérez Balladares condiciona alcanzar el acuerdo
bilateral a la aceptación norteamericana de los petitorios panameños;
de lo contrario, fenecerá el intento negociador. El mandatario olvida
sin embargo que en cónclave de representación nacional, donde
sociedad civil y política convinieron la agenda canalera, se aprobó
el destino de las tierras revertidas, previniendo para Howard una vocación
de polo de desarrollo, similar a la Zona Libre, que integre la infraestructura
de los puertos de Rodman, el aeropuerto de Howard y las carreteras, para
florecer un emporio de comercio e industria que revierta beneficios sensibles
a la vida nacional.
El réquiem por el CMA contiene una plegaria por la unidad patriótica
y soberanista de los panameños que debemos enfrentar los retos del
futuro con valentía y positivo criterio de progreso, que haga del
istmo panameño, el asiento de mayor comercio, servicios y turismo
de la América tropical.
El diagnóstico "Panamá 2020" previene para nuestro
país un estadio de avance económico, de plenitud productiva,
de mejoramiento de la calidad de vida ciudadana, de incremento de los niveles
de cultura y educación; con amplia seguridad social y garantida protección
colectiva, si asumimos el reto de nuestro destino nacional con voluntad
de hacer y progresar; decisorio que pasa por el recobro de la geografía,
soberanía y jurisdicción, hoy en precario.
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AYER GRAFICO |
El ex presidente Roberto F. Chiari y el Dr. Gilberto Arias durante la campaña
de 1960. |
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