En lo que va de esta semana se han registrado más de 100 muertes en Irak por ataques suicidas desde la retirada de las tropas de Estados Unidos el 30 de junio de este año.
Ayer se originaron varios ataques suicidas donde más de cuarenta personas perdieron la vida en Irak.
Esta es considerada como la jornada más sangrienta desde la retirada de las tropas estadounidenses de los centros urbanos del país, a finales de junio.
El hecho más grave se registró en la población norteña de Telafar, en la casa del jefe local de investigaciones criminales, donde un desconocido accionó un cinturón de explosivos que llevaba escondido.
Poco después, cuando la gente se aglutinaba en el lugar para ver qué había ocurrido, un nuevo suicida, armado con otro cinturón explosivo, lo accionó allí mismo, según informaron fuentes policiales.
Las dos explosiones, con pocos minutos de diferencia, causaron 35 muertos y unos 70 heridos, según un saldo provisional de víctimas.
Ningún grupo se responsabilizó inmediatamente de este doble atentado, aunque en la zona han operado antes grupos vinculados a Al Qaeda.
Mientras tanto, en Bagdad, en el barrio chií de Sadr City, estallaron dos bombas que mataron a siete personas e hirieron a otras 20.
El atentado más grave se produjo el miércoles donde perecieron 19 personas y más de 40 resultaron heridas al estallar un coche-bomba, según un saldo de víctimas actualizado.