Los enfrentamientos de ayer, en el puente de Changuinola entre manifestantes y antimotines, duraron cerca de cinco horas y dejó como saldo la muerte del obrero Fernando �brego, un residente de Finca 4. El jueves había fallecido Antonio Smith.
Los disturbios iniciaron a las 9:00 a.m. Los antimotines llegaron para despejar la vía, pero fueron recibidos con una lluvia de piedras.
Ayer, también se dieron enfrentamientos en el parque de El Empalme y barriadas aledañas de donde salieron cientos de residentes molestos, por las afectaciones provocadas a sus niños y otros familiares, producto de los gases lacrimógenos.
El ministro de la Presidencia, Jimmy Papadimitriu habló frente miles de personas que se manifestaban y se comprometió a retirar los antimotines como un acto de buena fe para que regresara la tranquilidad al lugar, pero a cambio solicitó dejar libre el paso por el puente sobre el río Changuinola, para permitir el abastecimiento de alimentos.
PRESIDENTE PODRIA IR A BOCAS
Papadimitriu afirmó que el mandatario Ricardo Martinelli se trasladaría a Changuinola para abordar el problema.
Los funcionarios se retiraron, la tranquilidad regresó, pero también regresaron al puente los manifestantes para tomarse ese bastión, uno de los más disputados durante los 10 días de paro indefinido decretado por el Sindicato de Trabajadores Industriales y Bananeros (SITRAIBANA).
Hasta las 6:30 p.m., a pesar de continuar cerrado el paso hacia Almirante, no hubo enfrentamientos.
LLEGA VICEPRESIDENTE
A las negociaciones se sumó ayer el vicepresidente Juan Carlos Varela. Los contactos entre representantes del Ejecutivo y los sindicalistas encabezados por Genaro Benet, secretario general de SITRAIBANA, se reanudaron bajo la mediación del sacerdote Roberto Sirausqui.
Varela llegó con otros directores de instituciones y ministros, quienes deberán inspeccionar el estado de las oficinas públicas, en Changuinola.
LIBERAN A POLICIAS
En tanto, los policías Efraín Piterson, Abilio Serracín y David Gamarra, quienes permanecían retenidos, desde hace tres días por los manifestantes, fueron liberados.
Los policías secuestrados estaban en la finca Débora cerca a la frontera de Costa Rica y recibían alimentación por parte del Servicio de Fronteras, quienes a través de moradores le mandaban agua y comida.