EDITORIAL
Deterioro y descalabro de Bella Vista
Bella Vista y La Exposición
constituyeron expansiones citadinas de valía; surgidas cuando la
tradicional Ciudad de Panamá rompió los estrechos marcos del
Casco Antiguo y el arrabal de Santa Ana, para adicionar novísimas
urbanizaciones que cambiaron el rostro capitalino con adelantados remozamientos
arquitectónicos de anchas avenidas, en equilibrados repartimientos
arbolados.
La preminencia de Bella Vista en la vida social panameña quedó
plasmada en el cantar del tambor que proclamó "se fueron pa'
Bella Vista los rabiblancos de Panamá" afirmando el triunfo
del barrio que sirvió de norte al orgullo nativo, donde distinguidas
familias asentaron sus hogares, en el camino de la renovación urbana
surgida en Las Sabanas.
Ahora, Bella Vista declina; acogotado por las desventuras que la deprecian,
cuando en sus calles y avenidas las horas de nocturnidad se convierten en
peligro y riesgo, donde se asalta a transeúntes, se roba automóviles,
se violenta enrejados y viola cortinas metálicas, imponiendo en general,
el grosero vivir hamponil y maleante.
Una tragedia pasional acaecida en los estacionamientos de la Universidad
del Istmo, sita en el antiguo local de María Inmaculada, trae sangre
y luto a la vida panameña en Bella Vista, adicionando dígitos
a las estadísticas criminales del área, convertida en zona
roja.
Los locales del barrio fueron en el pasado destinados a servicios de
profesionales distinguidos, de empresarios prósperos a representaciones
mercantiles internacionales, a venta y alquiler de vehículos, hoy
sirven a divertimentos ruidosos, a hoteluchos de ocasión, y miríadas
de personeros de vivir travesti y homosexual ocupan esquinas estratégicas
en procura del indecoroso comercio, realidades que deterioran gravemente
el barrio que fuera prez ayer.
La escasa vigilancia pública; el desolado transcurrir nocturno
de Bella Vista, facilita el crimen y alienta el asalto, donde maleantes,
venidos de otras veredas, materializan sus repetidos delitos y abusos.
Los "piedreros", desechos humanos de las drogas perniciosas,
deambulan por sus recodos mostrando las desvergüenzas de un vivir depreciado
en la ruina corporal y ética, que impulsa a recoger basuras, escarbar
tinacos, y apropiarse de cualesquiera enseres, material o artículo,
para adquirir la piedra e inhalar sus humos malignos; y en callejones, portales
y aceras, reposan y extienden sus humanidades carcomidas de miseria, en
espectáculo denigrante y repulsivo.
Centenares de quioscos de pobre construcción obstruyen aceras
y esquinas y proclaman un comercio de ventorrillo; empobrecimiento ofensivo,
al pasado de luz, que ayer llenara Bella Vista y La Exposición, cuyos
logros inmobiliarios, y sus desarrollos dignificantes en las vecindades,
son hoy recuerdos vacíos; alejados de la cruel realidad del descalabro
que allí reina.
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AYER GRAFICO |
Aquellos años que había semillero de campeones de baloncesto
en los barrios. |
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