MENSAJE
No llegó a ser suicidio
Hermano Pablo
Costa Mesa, Califonia
Para Luis Rivera, no quedaba
razón de vivir. El mundo, pensó él, se le venía
encima. La depresión era tal que resolvió hacer dos cosas:
emborracharse primero, y luego suicidarse. Su mente, aletargada por la depresión,
iba a aletargarse aún más con el licor. Y Luis Rivera, de
Arizona, Estados Unidos, se emborrachó.
Después se fue a su casa y cargó su revólver de
pequeño calibre. En su cuarto se puso de pie, apuntó el arma
a su pecho, y cuando ya iba a disparar, su hijo Marcos, de 16 años,
entró en el cuarto. Viendo la intención de su padre, Marcos
se abalanzó sobre él, pero el revólver descargó
su bala, y ésta atravesó el hombro de Luis y fue a incrustarse
en el corazón de Marcos, su hijo. No llegó a ser suicidio,
pero sí fue asesinato.
Qué es lo que lleva al hombre a atentar contra su propia vida?
El vocablo que lo describe es "depresión". De dónde
viene esa depresión? La producen las cargas de la vida que se hacen
demasiado pesadas.
Una de esas cargas es la economía. ×No hay dinero para pagar
todas las cuentas! Otra es la enfermedad. Y a veces el miedo que la enfermedad
produce es peor que la enfermedad misma. Otra es amores contrariados, los
fracasos del corazón. La pobreza, la enfermedad y los amores que
fallan son las tres mayores cargas de la vida del hombre.
Qué hacer con estas cargas? La fuerza emocional de la depresión
nos deja, a veces, sin la fuerza moral necesaria para resistirlas, y cuando
se encuentra uno impotente para quitárselas de encima, busca salida
en el suicidio. Cuando se cree que no hay solución, se deja de luchar.
Un día un hombre bueno, justo y fuerte contempló a la gente
agobiada por sus cargas. La vio en tristeza, agonía, impotencia y
desesperación. Se puso entonces de pie entre ellos y les dijo: "Vengan
a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les
daré descanso" (Mateo 11:28).
Ese hombre no era un demagogo, no era un bravucón, no era un paranoico,
no era un embaucador. Era Jesucristo, el Hijo de Dios, Dios mismo hecho
hombre. Y su oferta de descanso y paz era auténtica, y ha seguido
siendo auténtica ya por dos mil años. Jesucristo puede quitar
las cargas de nuestra vida. Entreguémosle a El nuestra depresión.
A cambio nos dará nueva vida.
|
|
CULTURA |
Panamá: una joya para Expo Lisboa '98. |
|