MENSAJE
El poder del silencio
Hermano Pablo
Costa Mesa, California
Era un día silencioso
y tranquilo. No soplaba el viento. No había tránsito pesado.
No sonaba en el vecindario ninguna orquesta de rock. No se oían bocinazos
de automóviles ni aullidos de sirenas de bomberos.
Todo estaba, asimismo, silencioso y tranquilo en la oficina del banco.
Lila Young, una joven de 23 años que empujaba un cochecito con
un bebé dormido, entró silenciosamente en el banco. Se acercó
a la ventanilla y le pasó una nota al cajero. Casi sin decir palabra,
el cajero le dio mil trescientos dólares a la joven. Y silenciosa,
ella salió del banco y escapó en un taxi.
Pero había una alarma en el banco, alarma, también, silenciosa,
y el asalto se descubrió. Muy rápidamente la joven fue arrestada.
He aquí un asalto que se hizo en silencio. No hubo ruidos. No
hubo gritos. No hubo tiros, ni porrazos ni estallido de cristales. Todo
fue tan silencioso que ninguno de los diez clientes del banco, que estaban
esperando turno, se dieron cuenta del asalto. De no haber sido por la alarma
escondida, todo hubiera quedado sumido en el más profundo silencio.
Hay muchas cosas silenciosas en la vida que sin embargo tienen tremenda
potencia. La electricidad que corre por los alambres de cobre, corre en
silencio pero alumbra a la ciudad. Los pensamientos que estallan en nuestra
cabeza, estallan silenciosamente pero mueven el mundo. La sangre que corre
en nuestras venas, corre también en silencio pero da vida.
Un nuevo poema hace silencioso en la mente del poeta. Una nueva melodía
es inspirada en silencio en el corazón del músico. El bebé
que se cría en el vientre de la madre se cría en silencio,
y en silencio también viene el Espíritu de Dios al alma de
un pecador para darle nueva vida.
Esa obra que Cristo hace en el corazón del hombre que se entrega
a El, la hace en silencio. Sin embargo, transforma totalmente la vida de
la persona porque es la obra del mismo Creador. El, que con un solo pensamiento
hizo aparecer todo el universo, con su obra silenciosa en la cruz del Calvario
trajo salvación y vida eterna al hombre perdido.
La vida moderna está llena de ruidos. Alguien la definió
como "ruidos sin sentido". Pero la obra salvadora de Cristo, silenciosa
y callada, transforma completamente al pecador. Cristo quiere ser el Señor
y Salvador de todo el que se lo permita, hoy mismo.
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