Mi ciudad está enferma. Lo malo del asunto es que los responsables viven en ella. Por lo visto no les importa el daño que le hacen.
Los que hemos vivido más de medio siglo en esta ciudad, notamos cómo ha disminuido la calidad de vida.
No hablemos de las playas contaminadas por la irresponsabilidad de funcionarios y empresarios.
Muchos nos bañamos hace medio siglo en el río Juan Díaz, Río Abajo, las playas de Panamá la Vieja o Bella Vista.
La enfermedad de esta ciudad se quiere ocultar con el maquillaje de los grandes y hermosos edificios. Sólo unos cuantos privilegiados con dinero, pueden disfrutar de esa belleza artificial.
Incluso sectores millonarios como Punta Paitilla sufren problemas de tránsito, estacionamiento, aglomeración, etc.
Antiguos barrios tranquilos como Bella Vista, ahora se han convertido en sectores donde la "tierra de nadie" asfixia a sus habitantes.
A la tranquila Vía Argentina la han saboteado con enormes edificios que hacen colapsar las alcantarillas, quitan la luz solar y el aire, ahuyentan a los pájaros y al silencio.
La basura se ve por cualquier rincón, aunque hayan traído camiones nuevos para recogerla. Las ratas y alimañas se pueden encontrar en cualquier sitio.
Muchas aceras parecieran terreno que ha sufrido bombardeo. Caminar por ellas es peligroso, puede pisar una caca de perro, o herirse con vidrios y hierro. Y cuidado, a veces no hay tapas en las alcantarillas y es fácil caerse y darse un mal golpe.
Mucha gente vive con un permanente estrés. Recorrer algunos sitios por las noches es exponerse a asaltos.
Cuando se pudo nadie quiso enterrar los cables de la luz, como tienen las ciudades del llamado Primer Mundo. Ahora somos una urbe con edificios millonarios, pero que parece una tela de araña por los cables al aire.
Muchas casas no tienen pintura en buen estado. Cuando cae un poco de agua del generoso cielo, aparecen inundaciones por todos lados.
Los bocinazos de los vehículos maltratan los oídos de cualquiera. Añada la "contaminación visual"... Ya no es solamente la publicidad de cuanto producto se venda. Ahora con la política tenemos que soportar caras que a muchos dan horror.
Gente pidiendo dinero, a pesar de que los tratan de sacar de las calles, afean mi ciudad. Por ciertas esquinas están restos de chatarras de viejos vehículos, convertidos en criaderos de mosquitos.
Esto no lo hizo el pirata Moran, sino �nosotros mismos!
