El homicidio de una alumna, de seis años, de una escuela rural de El Salvador es el último caso de una ola de violencia que arremete contra los estudiantes del sector público en ese país.
La menor fue decapitada por sus captores luego de ser secuestrada rumbo a la escuela, porque su madre no pudo pagar una extorsión de US$50.
El resto del cuerpo de la niña fue encontrado días más tarde ante el estupor de toda la comunidad escolar que tiene miedo a ser la próxima víctima.
Pese a la atrocidad del crimen, este es uno más de las estadísticas frías que protagonizan alumnos de primaria y secundaria que mueren de forma violenta en El Salvador.
En lo que va del año, un mínimo de 31 escolares han sido asesinados por pandillas, aunque no pertenecieron a ellas.
De acuerdo a los reportes policiales, los estudiantes viven en riesgo en las zonas rurales del país y en las zonas semirurales de la capital. La mayoría de estos homicidios sigue impune.
VICTIMAS
La edad de las víctimas oscila entre los 18 y los 6 años de edad, como es el caso de Marlene Alejandra, la niña de la escuela rural.
La Policía Nacional Civil (PNC) aduce que ninguna de estas muertes se debe al hecho de ser estudiantes, sino al riesgo de vivir en zonas donde hay incidencia de maras o donde persisten las extorsiones denominadas "rentas" en la jerga de las pandillas.
El jefe de la División de Investigación de Homicidios (DIHO), Marco Tulio Lima, le explicó a BBC Mundo que donde secuestraron y decapitaron a la menor "no es un zona catalogada de alto riesgo, sino de riesgo a nivel medio".
Incluso, "hay patrullajes de las unidades combinadas del ejército y la policía", agrega Lima.
Sin embargo, la semana del secuestro de esta niña, otros dos estudiantes fueron asesinados por desconocidos en un paraje rural, una docente fue atacada en un punto de asalto y el hermano de una escolar de primaria fue acribillado luego que la llevó a clases en el Municipio de Mejicanos.