La inclusión del cobro de la tasa de aseo en los recibos de energía eléctrica, como está planteándose en el proyecto de ley para crear una Autoridad Nacional de Aseo, busca acabar con los tradicionales altos niveles de morosidad de los panameños en la recolección de los desechos sólidos.
Es harto sabido que al panameño hay literalmente que corretearlo para que pague sus deudas. El hecho de que los municipios han sido muy malos cobradores del servicio de la tasa de aseo, se agrava porque decenas de miles de panameños, incluyendo muchos de zonas acomodadas del país, pasan agachados en el pago del servicio.
La parte coercitiva es especialmente difícil para tratar este problema. La posibilidad de que se le corte la luz a quien está moroso en la tasa de aseo resulta abusiva para algunos, ya que se le estaría quitando un servicio por el no pago de otro servicio totalmente separado, y que ni siquiera lo provee la distribuidora que emite el recibo.
Sin embargo, la morosidad en el Municipio de Panamá en tasa de aseo ronda los 29 millones de dólares.
Lo importante de todo este asunto es lograr que el sistema de recolección funcione de uno y otro lado: que se cobre efectivamente una tasa a un precio razonable, y que el personal recolector acuda con regularidad a todos los puntos del país a llevarse la basura, porque el servicio ha sido irregular durante años.