Las casi 90 personas de los humildes barrios El Lago, Omar Torrijos Herrera, Barrio Chino, La Feria y otros en el distrito de Soná, en la provincia de Veraguas, que se vieron seriamente afectadas por las inundaciones del pasado sábado regresaron a sus frágiles viviendas, con el temor de contraer enfermedades por la cantidad de desechos que arrastró la corriente de varios ríos en la región.
Los afectados dieron a conocer que las casas estaban llenas de lodo, basura y heces de humanos, lo que representa un peligro para la salud de los niños y ancianos que son los más vulnerables cuando se trata de este tipo de situaciones.
Guillermina Rivera, residente en la Barriada El Lago, una de las más afectadas por las inundaciones, explicó que la mayoría de las familias volvieron a sus viviendas, pero con la preocupación de que si las lluvias vuelven a caer, correrán con la misma suerte.
Las letrinas se desbordaron y las heces se esparcieron por todas las calles y patios de las casas, lo que a juicio de Eusebia Guerrero, vocera de los damnificados en Soná, es un riesgo para la salud de todos.
Víctor Pérez, afectado, manifestó que se han hecho evaluaciones por parte de algunas instituciones gubernamentales, pero no tienen respuesta concreta sobre la ayuda; falta comida, ropa, enseres como estufas, colchones, entre otros. Además de la reubicación hacia un lugar seguro.
CONSECUENCIAS
Los ríos San Pablo, Tribique y Cobre se salieron de su cauce normal el sábado, a consecuencia de las fuertes lluvias, por lo que los habitantes de los mencionados sectores tuvieron que refugiarse en lugares seguros y secos.