Dada la posición que ha adoptado la dirigencia obrera sobre las negociaciones en torno a la Ley 30, y la reacción del gobierno ante esa posición, parece ser un hecho que la mesa de diálogo verá su fin hoy, ante lo que será la ausencia de la parte sindical.
En los últimos tres días, a medida que se acercaba la fecha fatal del ultimátum lanzado por los sindicalistas, las declaraciones de ambos sectores se han vuelto cada vez más radicales. Mientras FRENADESO, SUNTRACS y CONATO se mantienen en que si no se deroga en su totalidad la Ley 30 (incluyendo los artículos que nada tienen qeu ver con cuota sindical o el medio ambiente), se pararán de la mesa; el Presidente respondió que si se paran de su silla, la pierden.
Pareciese que ambos bandos se preparan para una guerra frontal, lo que crea el temor de que sucedan episodios similiares a los disturbios de Bocas del Toro en otras zonas del país. Así parece anticiparlo la Administración Martinelli, que se encuentra en camino de adaptar a cada ministerio y entidad del Estado un equipo para el manejo de crisis, con un manual de procedimiento específico para enfrentar situaciones como las que -aparentemente- se avecinan.
Es lamentable que ambos sectores apuesten por la confrontación. Este país, que a pesar de sus vicios y errores, aún mantiene un respetable crecimiento económico y el reconocimiento internacional como un lugar seguro de inversión, no puede exponerse a que los siguientes semanas, meses y hasta años sean de inestabilidad. Hoy el país aún amanece con una mesa de diálogo. No la abandonemos.