Momentos que quedarán en la mente y en los corazones fueron los vividos por los niños y el cuerpo técnico que integró el equipo infantil de Herrera, que representó a Panamá y a Latinoamérica en la Serie Mundial de Pequeñas Ligas que finalizó el 29 de agosto en Williamsport, Pennsylvania.
Mientras llegaba la delegación herrerana, familiares y amigos los recibían con alegría. Abrazos efusivos y sonrisas radiantes se veían la noche del pasado lunes en el Aeropuerto Internacional de Tocumen.
Cuando esto ocurría, el director del equipo herrerano Cristóbal Salerno tomó un momento para expresar un deseo que tenía guardado en su corazón; regresar a Williamsport y realizar un mejor trabajo.
"Tenemos que jugar bastante pelota. Vamos a dedicarle más tiempo a los niños para ver si hacemos un buen trabajo y logramos esa victoria en Williamsport", indicó el timonel.
Salerno manifestó que la experiencia vivida en el certamen le permitió ver el gran nivel que tiene el béisbol en otros países, pero también pudo sentir mucha satisfacción por el desempeño de sus dirigidos.
"Nos felicitaron, el equipo de Panamá quedó muy alto al nivel de 'pitcheo'. Sólo nos faltó la suerte, que no nos acompañó con las bases llenas", destacó.
Ahora que muchos de los jugadores del conjunto herrerano pasarán a la categoría preintermedia, se trabaja con una camada de nuevos jugadores con la que Salerno confía que se pueden tener buenos resultados.
Además, el "mánager" resaltó que los jugadores deben adaptarse a los lanzamientos en curva, que han sido un "dolor de cabeza" para los representantes latinoamericanos en ese certamen durante los últimos años.
"Me gusta triunfar y no me gusta perder. Vamos a iniciar las ligas de la provincia de Herrera desde el primer torneo con curva. Se le cuida los brazos a los niños y se les hace un buen entrenamiento", declaró.
Para recordar. Uno de los peloteros que no olvidará su experiencia en Williamsport es Luis Mendoza.
El peloterito herrerano guarda en su mente, de manera muy especial, la atrapada que hizo en los jardines durante el partido que su novena jugó contra China Taipei.
"Nadie creía que podía agarrar la pelota", recordó. "Tuve la mirada atenta y la atrapé gracias a Dios".
Ese encuentro terminó a favor del equipo oriental por 5 carreras a 1.
La convivencia con los fanáticos y el resto de los equipos fue un aspecto que Luis y sus compañeros recordarán siempre.
