AYER GRAFICO
El Casco Viejo y su atractivo turístico desde mediados de siglo
Ayer mostramos en esta columna
una foto de la Plaza de Francia tomada en 1959. La de hoy, capturada en
la pequeña cámara oscura de un aparato fotográfico
uno años antes de esa fecha, tal vez principios de los años
cincuenta, muestra otro ángulo del mismo panorama.
Se ve el edificio de la Embajada de Francia, el monumento dedicado a
don Pablo Arosemena, las instalaciones de la Corte Suprema de Justicia,
las casas que para esa época ya eran de inquilinato (la de la esquina
de Calle 1a. perteneció y sigue aún en manos de una sola familia,
quienes la ocupan), además de el pabellón que alberga las
bóvedas y el paseo que circunda el obelisco erigido en favor de la
nación francesa.
El sitio era desde esa época lugar de reunión de la familia
en domingo, aun cuando durante la semana servía para llevar los negocios
judiciales más importantes del país.
La cúpula que se roba el margen derecho de la foto albergó
por muchos años el tribunal superior, la sala de juicios de la Corte,
y sus paredes aún guardan relatos de los procesos más enconados
de la historia jurídica nacional
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