El regreso de los padres de Madeleine al Reino Unido, en condiciones propias de una pareja "vip" más que de sospechosos de un crimen, sumió la investigación sobre la desaparición de la niña en un mar de ambig�edades.
Kate y Gerry McCann, que la policía portuguesa considera relacionados con la muerte accidental y el ocultamiento del cadáver de su hija, negaron las acusaciones y aseguraron haber abandonado Portugal con el consentimiento de sus autoridades.
Pero fuentes oficiales lusas y varios medios locales aseguraron que no habían cumplido estrictamente las formalidades de la salida aunque las autoridades estaban al corriente y no la impidieron.
En la práctica la pareja podía abandonar el país porque sólo estaban sujetos, tras ser interrogados el viernes, al "control de identidad" y a comunicar ausencias superiores a cinco días.