Desde su aparición, la Internet se ha convertido en el facilitador de personas de todas las edades. Ahora, así como sirve para procesar números, �es buena para detectar emociones?
El surgimiento de los "blogs" y de las redes sociales ha impulsado un mercado en alza en relación con la opinión personal: críticas, calificaciones, recomendaciones y otras formas de expresión en línea. Para los científicos dedicados a la informática, esta creciente montaña de datos, que aumenta rápidamente, abre una ventana tentadora hacia la conciencia colectiva de los usuarios de Internet.
Un campo emergente, conocido como análisis de emociones, está tomando forma en torno a una de las fronteras sin explorar del mundo de la computación: la traducción de los caprichos de la emoción humana a datos concretos. Pero para ello, diversos analistas desarrollan algoritmos.
Los algoritmos más sencillos funcionan mediante el escaneo de palabras claves para categorizar una declaración como positiva o negativa. Es así que el análisis confiable de emociones requiere el análisis gramatical de muchos tonos grises ling�ísticos.
En resumen, viene a ser como el papel, porque aguanta de todo.