TEMAS DE ACTUALIDAD
¿Qué cuesta leer... La Biblia?
Eric Del Rosario J.
En este mes de septiembre
estamos celebrando el mes del libro, de la lectura, de la Biblia... de la
educación por medio de la lectura.
Pueda que nosotros nos estemos conscientes del valor de ese libro sagrado
por excelencia, la Santa Biblia, que día a día leemos para
enriquecernos y fortalecer nuestro espíritu, fe, esperanza y caridad.
Y decimos esto ya que, solamente, en la mayoría de los casos se
habla de su valor espiritual y moral, y no de su valor infinito e inmenso,
de los ingentes esfuerzos, inversiones en tiempo, talento y recursos materiales
y humanos que dan tanto traductores como consultores, asesores y grupos
especializados que se dedican a este delicado trabajo de revisión,
producción, diseño, impresión, etc. No menos de 15
a 20 años toma el trabajo en equipo para verterla del hebreo y griego
al lenguaje de hoy, a nuestros idiomas, lenguas, dialectos, etc.
Así debemos imaginarnos que no sólo es el capital elevado
invertido de dinero y recurso de todo orden, si no también de colocar
la Palabra de Dios al alcance de todos en lenguas que puedan leer y entender
al precio que se pueda pagar.
En todo caso, debe comprenderse que la Biblia vale mucho, muchísimo
más de lo que representa materialmente, y que el precio que se paga
por ella nunca cubrirá la infinita riqueza de los beneficios espirituales
y morales que nos reporta a la comunidad de creyentes.
Con la lectura de la Biblia, las grandes mayorías piensan que
sus vidas pueden cambiar; que pueden convertirse de la noche a la mañana,
del hombre viejo al hombre nuevo, ser diferentes, pertenecer a la categoría
de los "renacidos", "convertidos" o "cambiados".
Claro que muchas personas quieren cambiar, transfornmarse en hombres
y mujeres de bien, adoptando una vida diferente regida por criterios superiores
de bondad, bien y virtud, que les saque de "esclavo de sus instintos
terrenales" a una "nueva criatura", no por voluntad de carne
o sangre, ni de hombre alguno, sino de Dios.
Pero, podríamos encontrar con la lectura de la Biblia esa "transformación"
que queremos, obviando los planteamientos humanos?
Todos nosotros estamos rodeados de apariencias de cambios, de conversiones
"mentirosas", pensamos que por ser miembros de una religión,
por confesar un credo o doctrina, o practicar unas devociones, ya estamos
convertidos.
Los libros de textos de las ciencias humanas están llenos de esquemas
y orientaciones para el cambio de conducta, actitudes o comportamientos.
Todos ellos, sin embargo, promueven un cambio de fuerza hacia adentro, con
el poder limitado de las fuerzas naturales.
Claro que podemos cambiar con la lectura y práctica de lo que
la Biblia nos muestra, planeta, nos dice y enseña.
Ese gran libro nos enseña en primer término que para cambiar
todo, debemos cambiar primero al hombre, comenzando por nosotros mismos;
todo ese proceso requiere de un ejercicio efectivo y persistente de fe:
fe realista y cierta que nos convence de que solos, sin la asistencia de
Dios, no podemos cambiar; fe perseverante y viva que nos mantenga optimistas
en el camino de la continua conversión, ya que todos los días
descubrimos más cosas que deben cambiar en nosotros. Se trata de
una fe práctica y efectiva, que fructifique y no leer por leer.
Al leer la Biblia por primera vez encontrarás un contacto frío
y árido, pero que poco a poco se hace sabrosa la convivencia con
el Dios que nos habla y a quien queremos hablar, retener a nuestro lado,
porque sentimos que nos hace bien su compañía, su presencia
de amor, su palabra de verdad y sabiduría; al leer la Biblia encontramos
promesas de seguridad, fortaleza y consuelo que no está o no encontramos
en ningún mortal por más encumbrado que sea... porque a la
larga, ese mortal, en quien confiamos, nos falla.
Entonces, de ser así, busquemos en este mes de septiembre el inicio
de un período nuevo de lectura, de lectura diaria con compromiso
para descubrir el esplendor de lo misericordioso que encontramos en este
Libro Sagrado, donde en cada una de sus páginas podemos encontrar
pasajes de nuestra vida, donde siempre habrá una revelación
de Dios para con nosotros.
Anda, ven, no importa la posición, circunstancia o situación
en que te encuentres en este largo caminar por la vida, yo te conmino a
leer la Biblia y practicar su orientación liberadora.
... y antes de cerrarla, contempla la invitación que recibirás
para las buenas posibilidades de triunfo y bendiciones que ella tiene para
el corto camino de nuestra vida aquí en la Tierra.
La Palabra de Dios está abierta para todos, no pierdas tiempo,
ven a su encuentro... ¿qué te cuesta leerla en la Biblia?
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AYER GRAFICO |
Se integra la coalición de partidos políticos llamada Unión
Nacional para los comicios de 1968. |
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