ABRACADABRA
"Lecciones de Arnulfo Arias"
"Arnulfo Arias se comportó siempre como auténtico
dirigente y digno representante del pueblo panameño"
Carlos Guevara Mann
Había dispuesto escribir
hoy un poco más sobre politiquería, y así lo había
asegurado a un atento lector, pero el tema, francamente, me tiene empachado.
Por eso he preferido recordar hoy algunos aspectos positivos del liderazgo
del Dr. Arnulfo Arias Madrid.
Creo que la ocasión es adecuada para hacer la remembranza, no
sólo porque mañana, 11 de octubre, se conmemora el trigésimo
aniversario del cuartelazo que derrocó al Dr. Arias (1968), sino
también en vista de la borrachera colectiva que se han pegado los
politiqueros criollos, entre ellos -notoriamente- los que dicen profesar
el credo panameñista.
No es mi intención presentar a Arnulfo Arias como un ser providencial,
porque no creo en supuestos "providencialismos", pero sí
como figura sobresaliente de la historia nacional.
Arnulfo Arias, clásico caudillo iberoamericano, ejerció
un liderazgo de tipo personalista y voluntarioso, estilo funcional en otras
épocas, pero no muy conducente a la consolidación del sistema
democrático.
Aún cuando esos rasgos no contribuyeron a la democratización
de la política, otros aspectos de su liderazgo le imprimieron dignidad,
decencia, altura y cierto nivel a la política panameña, características
de que la politiquería chabacana y vulgar de hoy carece por completo.
La vulgarización de la política es uno de los legados de
la dictadura militar, legado que hoy comparten los politiqueros del gobierno
y la oposición.
Ahora los "líderes" de partidos se tratan de "chacal",
"iguana", "pigmeo" y "bwana", y un presidente-excandidato,
cuando andaba en campaña, tuvo el atrevimiento de decir que él
"sí tiene pantalones y lo que va por dentro".
Arnulfo Arias, por el contrario, se comportó siempre como auténtico
dirigente y digno representante del pueblo panameño.
Nunca se lo vio mal vestido y nunca empleó groserías en
sus declaraciones públicas. Solía actuar respetuosamente y,
asimismo, demandaba respeto.
Nunca reaccionaba a calumnias ni infundios, nunca contestaba insultos
y ni sus más allegados se atrevieron jamás a llamarlo de otra
forma que no fuera "Dr. Arias".
Arnulfo Arias no compraba a los votantes, no repartía dinero,
licor, gorras o comida. La gente lo seguía por su carisma y por las
ideas políticas que sostenía, no por la esperanza de obtener
un "salpique", una "chamba" o un puesto público.
Arnulfo Arias puso su liderazgo al servicio del nacionalismo y promovió
la nacionalidad a través de la exaltación de los símbolos
patrios y la cultura campesina.
El traje típico nacional, el idioma castellano y la simbología
cristiana católica, fueron elementos importantes del panameñismo,
que el Dr. Arias empleó para fomentar entre sus seguidores un sentimiento
de adhesión a la patria y el orgullo de ser panameños.
Mucho antes de que se hablara de la liberación femenina, Arnulfo
Arias asignó a las mujeres panameñas puestos de relevancia
en su partido y la constitución que dictó, en 1941, reconoció
a la mujer el derecho a la ciudadanía.
A diferencia de los "encumbrados" de ahora, que miden a las
personas únicamente según su poder adquisitivo, el Dr. Arias
era especialmente atento y deferente con los más humildes.
Cuentan quienes lo trataron de cerca que, en su trato cotidiano, tenía
siempre el cuidado de saludar muy amablemente y con gran cortesía,
más que a los grandes personajes, al panameño común
y corriente, a las mujeres y hombres sencillos de las clases populares.
Arnulfo Arias sobrellevó persecuciones, exilios y carcelazos con
entereza y sin claudicar.
Supo esperar con paciencia su momento, sin frustrarse, desesperarse o
apresurarse, y sin forzar desenlaces que pudieran ser inconvenientes para
su partido y el pueblo panameño.
×Cómo contrasta su estilo político con la chapucería,
la intransigencia, las imposiciones y la falta de un verdadero ánimo
patriótico que caracteriza a los politiqueros de hoy!
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