El sentimiento patriótico debería durarnos todo el año, no sólo en noviembre. Y cuando esa emoción de amor a la patria palpita dentro de nosotros, debería activarse en momentos en que estamos en nuestros cinco sentidos, no cuando nos encontramos borrachos.
Sin embargo, muchos panameños sólo se acuerdan de que lo son cuando llegan las fiestas de finales de octubre y principios de noviembre. La razón: porque son días para emborracharse por varios días en la gran cantidad de bailes, jorones y jardines en la capita y el interior de la República.
Cuando están en fuego, hacen espectáculos y gritan "�Viva, Crítica en Línea Panamá!", haciendo aspavientos sobre cuánto quieren a su país, pero cuando no tienen alcohol en la sangre, ni se acuerdan de la letra del himno nacional.
Por desgracia, más de cuatro de nuestros compatriotas identifican los días de fiestas patrias sólo como una serie de días para dedicarse a parrandear, mientras ignoran en gran medida el significado de las fechas, los nombres de nuestros próceres, y las circunstancias alrededor de nuestra independencia de España y posterior separación de Colombia.
En uno de sus discursos más célebres, John F. Kennedy dijo a sus compatriotas: "No pienses en lo que tu país puede hacer por tí, sino que puedes tú hacer por tu país". Este prensamiento se aplica perfectamente para cualquier ciudadano de cualquier nación que realmente se interese por aportar algo a su sociedad y sus coterráneos.
Es cierto, las efemérides patrias son días de celebración, días para estar alegre y demostrarlo en público. Sin embargo, no todo es borracheras y parrandas. Hay un fuerte elemento de civismo que muchos de nosotros dejamos descuidado.
Queramos a nuestra Patria, pero querámosla de verdad, todos los días, demostrémosle nuestro agradecimiento siendo mejores ciudadanos.