Mensaje del Ministro de Educación, Ing. Salvador Rodríguez Guerin, en ocasión del Día del Estudiante
La Patria tiene su futuro asegurado en el talento, valores y entusiasmo de su juventud y niñez estudiosa. Cada conocimiento ganado en las aulas, desde el parvulario hasta la universidad, por nuestros estudiantes, constituye el activo más valioso para enfrentar las grandes demandas de un mundo cambiante y tremendamente competitivo. Por eso nos enorgullecen los logros de nuestra comunidad estudiantil en todas las áreas del saber y del quehacer escolar, desde la Oratoria y la interpretación coral, pasando por el cultivo del folclore hasta las competencias deportivas y las olimpiadas matemáticas. En todas estas manifestaciones vemos paradigmas claros del talento, el denuedo, la conducta positiva y las realizaciones fecundas que Panamá necesita para seguir siendo una nación respetada en el concierto de las naciones libres.
El Día del Estudiante es una efeméride que nos recuerda la importancia del estudio asumido como tarea necesaria en lo personal y en lo social para perfeccionar todo el registro de conductas y saberes que nos llevarán al perfeccionamiento de nuestra humanidad, la nuestra individual y la de nuestra comunidad.
Se estudia, ante todo, para ser un ser humano integral, completo, tarea ésta que no cesa nunca porque siempre se puede ser mejor persona, mejor ciudadano, mejor profesional, mejor técnico, mejor aprendiz, mejor estudiante. Se debe, por tanto, estudiar siempre, y una de las condiciones más honrosas de una persona es ser un estudiante y la de una nación lo es la de ser reputada de culta, cultivada, innovadora� estudiosa.
En Panamá la sociedad organizada hace enormes esfuerzos para que el proceso de estudios se cumpla en el más amplio radio y de la mejor manera, con la más alta calidad. El Estado panameño destina una parte nada desdeñable de los recursos públicos a la tarea de la enseñanza en todos los niveles. Sin embargo, los resultados no son los deseados. Este Día del Estudiante, todos deberemos hacer un alto para pensar por qué no tenemos más y mejores estudiantes en Panamá y hacer el firme compromiso para que haya más estudiantes en nuestro país, y estos realicen sus aprendizajes de mejor manera. Y ello compele no sólo a los que enseñan, sino y singularmente a los que aprenden, a los estudiantes mismos, que deben asumir sus aprendizajes con máxima responsabilidad, desde los párvulos hasta los doctorandos.
Felicito de todo corazón a los estudiantes de Panamá e impetro del Todopoderoso y Omnisciente las luces y la vocación para que los estudiantes de Panamá den el ciento por uno en el cultivo de sus talentos.
�Feliz día, estudiantes!